Si, leéis bien.
No hace falta que os frotéis los ojos, ni que os echéis agua fresca a la cara ni nada parecido.
Hoy el reto Tía Alia, en su día de publicación, se muda temporalmente (sólo por hoy) y se traslada a casa de quien a principios de mes nos sorprendía con la elección de las propuestas del reto de noviembre.
Cocido de sopa ejercerá como anfitrión del reto asumiendo la responsabilidad de publicar el listado de blogs participantes y de recopilar los enlaces correspondientes así que, si no has enviado tu enlace con antelación, deberás hacérselo llegar a Yolanda. Pincha aquí para dejarle un comentario con los datos y, de paso, deleitarte con las exquisiteces que nos ha preparado para la ocasión. Y digo «exquisiteces», en plural, porque este mes Yolanda ha hecho doblete y se ha atrevido con ambas recetas: la salada y la dulce. Toda una valiente.
Y yo, en esta ocasión, participo como tu.
Igualito.
Este mes me siento a observar y disfrutar del reto desde otro prisma. Lo que no quiere decir que me pueda desentender de el, pero si que significa que lo voy a disfrutar de forma diferente. Y por ello le tengo que dar las gracias a Yolanda, porque este mes me permite relajarme un poquito 🙂
Y antes de irme corriendo a visitarla, os dejo mis propuestas empezando, como es costumbre, por la receta salada con unos bollitos rellenos que nos gustaron a todos y que elaboré con alguna que otra variación respecto de la receta original.
Como relleno, utilicé unas salchichas al vino finamente picadas, por eso de aprovechar lo que había en mi nevera. Bañé con caldo el interior de los panecillos (que no el exterior) y los envolví en una capa de huevo-harina-huevo-pan rallado con la intención de crear una capa crujiente y lo suficientemente resistente que evitara que se escapara el relleno.
Necesitamos (para 4 unidades)
- 4 mini panes de hamburguesa
- 1 salchicha, cocinada y picada finamente
- 8 cucharadas de caldo de pollo
- 1 huevo
- Harina de trigo
- Pan rallado
Preparación
Con ayuda de un cuchillo afilado, o un saca bolas, cortamos un círculo en la base de cada uno de los cuatro panecillos y retiramos parte de la miga del interior.
Vertemos 2 cucharadas de caldo dentro de cada panecillo, repartiéndolo bien para que quede humedecido todo su interior.
Dividimos la salchicha picada en cuatro y rellenamos cada panecillo con una de las cuatro partes.
Tapamos con el círculo de pan que hemos retirado de la base.
Pasamos cada panecillo por huevo, harina, huevo y pan rallado.
Freímos en abundante aceite hasta que adquieran un tono dorado, retiramos y colocamos sobre papel de cocina de modo que escurra el exceso de aceite.
Estos bollitos gustaron a todos en casa, sin excepción. Tocamos a uno por cabeza porque sólo tenía cuatro mini panes de hamburguesa que había reservado para la ocasión pero, de haber sabido que iban a tener tanto éxito, habría reservado más. A partir de ahora, cuando haga pan de hamburguesa, separaré una cantidad mayor en tamaño mini y repetiré receta probando, también, con otros rellenos.
Pero, este mes, no sólo ha gustado mucho la receta salada. Las castañas al chocolate que constituyen la propuesta dulce no se ha quedado atrás en materia de éxito. La comimos ayer como postre de la comida y, a pesar de lo mucho que llena, mis dos hijos repitieron.
Me ha encantado que Yolanda escogiera este dulce ya que yo no habría reparado en el. Las castañas me gustan mucho crudas pero cocinadas no son algo que me llame la atención en exceso. Sin embargo este dulce me ha parecido exquisito, suave, fino, original, diferente y una delicia.
Como dejé su preparación para tan tarde (no hace ni 48 horas que las he preparado) y tenía que asegurarme de que me salía a la primera, utilicé un poco de gelatina para ligar bien la mezcla y que no se desmoronara al cortarla. No quería arriesgarme a que no me saliera y no poder llegar a mi propio reto por culpa de la falta de tiempo y planificación.
Por lo demás, creo que he sido bastante fiel a la receta y que el espíritu «Tía Alia» se respira en ella por todos los costados.
Necesitamos
- 350 grs de castaña cocida (o puré de castaña)
- 400 ml de leche semidesnatada
- 45 grs de chocolate fondant sin leche
- 40 grs de azúcar blanquilla
- 2 hojas de gelatina
- 8-10 bizcochos de soletilla (individuales)
Para el almíbar
- 2 cucharadas de ron
- 1 cucharada de agua
- 10 grs de azúcar blanquilla
Además
Un molde desmoldable de 12 cms de diámetro
Preparación
Cortamos cinco bizcochos de soletilla por la mitad y forramos las paredes del molde con ellos (parte curva hacia arriba).
Cubrimos la base con más bizcochos, cortándolos en los trozos que consideremos necesario para que no nos queden huecos.
Preparamos un almíbar con el ron, el agua y el azúcar. Ponemos todos los ingredientes en un cacito al fuego y llevamos a ebullición. Dejamos reducir ligeramente hasta que comience a espesar.
Cubrimos los bizcochos de la base con el almíbar. Reservamos.
En una cacerola, calentamos la castaña cocida y la leche. Removemos con unas varillas para que se integren bien los dos ingredientes. Cuando la mezcla comience a espesar, añadimos el chocolate (ya sea rallado o cortado en pequeños trozos) junto con el azúcar y removemos hasta integrar.
Dejamos cocer la mezcla, a fuego muy suave, durante 20 minutos. Removemos de vez en cuando para evitar que se agarre al fondo.
Mientras cuece la mezcla, hidratamos las hojas de gelatina en un cuenco con agua suficiente como para cubrirlas.
Transcurrido el tiempo de cocción, retiramos la cacerola del fuego y añadimos las hojas de gelatina hidratadas y escurridas. Mezclamos bien hasta incorporarlas en el resto de la mezcla.
Vertemos la mezcla en el molde que tenemos reservado y forrado con los bizcochos de soletilla. Una vez atemperado, lo metemos en una bolsa de plástico y lo dejamos reposar en la nevera durante un mínimo de 3-4 horas (yo lo dejé toda la noche).
Cuando vayamos a consumir este dulce, podemos decorarlo con merengue, con nata montada o servirlo por sí solo. Yo monté una clara a punto de nieve, le agregué una cucharada de azúcar glas, introduje la clara montada en una manga pastelera y decoré con ella la superficie dorándola con un soplete.
Con las cantidades arriba indicadas, me sobró algo de relleno y preparé dos vasitos con una base de bizcochos de soletilla desmenuzados y sin emborrachar. Una manera de presentar las castañas al chocolate más ligera y para abstemios 🙂
Antes de despedirme, os recuerdo que el reto del mes de diciembre y el de enero se celebrarán juntos por lo que la publicación de las próximas propuestas no se realizará el primer lunes del mes, como es costumbre, sino el segundo que cae en 9 de diciembre. Así mismo, la fecha de publicación será el lunes 20 de enero.
¡Hasta pronto!
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