Hoy vais a leer esta historia en otros blogs. En Cocido de sopa, Con las zarpas en la masa y Sin salir de mi cocina para ser exactos. Y es que la entrada de hoy es el resultado de un reto que nos lanzamos Yolanda, Paula, BeatriZ y yo al terminar el encuentro Madrid 3.0 y recoger el sobrante de los ingredientes de la cena, las bebidas, etc.
Lo cierto es que no sobró mucho de nada y que calculamos bastante bien las cantidades de todos los ingredientes, con excepción de las limas. Contábamos con que, tras la cena, la mayoría de bloggers se quedaría a tomar una copa y que los mojitos y gin & tonic rularían por el local. Pero no fue el caso y, consecuentemente, todas aquellas limas que estaban predestinadas a terminar siendo compañeras de copa tenían que volver a casa con nosotras por lo que acordamos, allí mismo, que daríamos buena cuenta de ellas en nuestras cocinas y nos propusimos poner en común nuestras creaciones publicándolas el mismo día.
Y así surgió nuestro «intimo» #díadelalima.
Tengo que confesar que las limas que vinieron a mi casa tenían que ser compartidas con Paula y con BeatriZ, alojadas en el «Hotel Tía Alia», pero que al día siguiente se me olvidó darles su parte correspondiente y salieron rumbo a Zaragoza sin ellas.
Todavía hay alguna en la nevera…y es que eran un montón 🙂
Tengo mucha curiosidad por ver qué sorpresas han preparado mis compañeras de #díade. Para sus blogs que me voy sin más tiempo que perder. Espero que, después de leer mi entrada, os paseéis por ellos también porque, me da, que no van a tener desperdicio sus propuestas.
Aquí os dejos los enlaces para facilitaros la tarea:
Y ahora, sin más dilación, paso a contaros cómo hacer estas ricas y refrescantes tartaletas de queso, moras y lima.
Necesitamos (para 6 tartaletas)
Para la base
- 1 lámina de masa quebrada
- Mantequilla (para engrasar los moldes)
Para el relleno
- 1 huevo «L», a temperatura ambiente
- 150 grs de queso crema, a temperatura ambiente
- 60 grs de yogur natural
- 80 grs de azúcar blanquilla
- 1/2 cucharadita de esencia de vainilla
- Una pizca de sal
- 200 grs de moras frescas
- Ralladura de 2 limas
- 2 cucharadas de maizena
Además
- 6 moldes de horno para tartaleta de base desmoldable de 9 cms de diámetro
- Papel vegetal
- Pesos para hornear (legumbres o similar)
- Azúcar glas para servir
Preparación
Comenzamos preparando las bases de las tartaletas y, para ello, pre-calentamos el horno a 190 ºC (arriba y abajo, horno tradicional).
Enmatequillamos los moldes y reservamos.
Si optamos por una masa quebrada casera, la dividimos en 6 partes iguales y las extendemos en forma de círculos con ayuda de un rodillo sobre una superficie enharinada. Enharinamos también el rodillo para que no se nos pegue a la masa.
Si preferimos usar masa quebrada preparada, desenrollamos la lámina de masa y cortamos círculos de un tamaño ligeramente superior al del diámetro de los moldes (el sobrante cubrirá los laterales).
Extendemos los círculos de masa sobre las bases y laterales de los moldes y retiramos los sobrantes.
Pinchamos la base de las tartaletas con un tenedor y cubrimos el interior con papel vegetal y, sobre este, colocamos algo de peso (yo uso unas legumbres que tengo reservadas en exclusiva para esta tarea).
Colocamos los moldes sobre una bandeja de horno y las horneamos durante 10 minutos. Transcurrido este tiempo, sacamos las tartaletas del horno. Retiramos el peso y el papel vegetal y volvemos a hornear 5 minutos más, esta vez en blanco (sin nada por encima).
Retiramos las bases de las tartaletas y dejamos templar antes de rellenar.
Mientras tanto, preparamos el relleno.
En un recipiente hondo, batimos el huevo, el queso crema y el yogur. Cuando hayamos obtenido una mezcla homogénea y sin batir en exceso, añadimos el azúcar y la esencia de vainilla. Removemos.
Por último, incorporamos la ralladura de lima y la maizena.
Repartimos la mezcla entre las tartaletas y cubrimos con las moras.
Horneamos a 180 ºC durante 15-20 minutos o hasta que la superficie de las tartaletas comience a dorarse.
Retiramos y dejamos enfriar durante una hora aproximadamente antes de desmoldar y servir espolvoreadas de azúcar glas.
¿Podréis esperar?
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