El pasado 7 de junio comenzó «el desafío de quién viene a cenar», un juego de blogueros encadenados ideado y lanzado por Patrix del blog Dime que es Viernes que consiste en preparar una receta para un personaje determinado que nos sugiere el/la anfitrión/a del juego del mes anterior.
El pistoletazo de salida estuvo protagonizado por Caperucita roja, personaje con quien Patrix tuvo el gusto de compartir un pecaminoso bizcocho crumble de manzana con coulis de frutas del bosque.
Tras despedir a Caperucita roja de su casa, Patrix me lanzó el guante del siguiente desafío proponiendo como invitada a mi humilde casa a, nada más ni nada menos, que Madame Coco Chanel.
Un lujo de invitada, pura sofisticación.
Poco o nada conocía de su vida hasta entonces por lo que #eldesafío se me ha presentado como una oportunidad de aprender más sobre esta admirable mujer. De sangre rebelde, transgresora y luchadora incansable, triunfó en un mundo de hombres, rompió moldes y construyó un imperio de la nada más absoluta.
La pasión de Coco Chanel por vestir a la mujer de blanco y negro, conocida por todos, algo muy actual en nuestros días no era tan común en su época. Un estilo sencillo, chic y elegante que nació de la influencia de haber vivido su infancia en un orfanato que dejó impresos en sus recuerdos esos dos colores.
Despojó las vestimentas femeninas de corsés y ballenas, adornos, cuellos, pasamanería, etc reduciendo sus creaciones a la comodidad, simplicidad y pureza más absolutas. Creadora del «petit robe noire» (vestido negro) convirtió este diseño en un signo de distinción y en un fondo de armario de toda mujer. Introdujo el punto como género para sus creaciones y puso de moda las largas sartas de perlas falsas y auténticas como complemento, haciéndolas asequibles a todos los bolsillos.
Sin duda la gran dama de la alta costura quien, como dijo su compañero de profesión Christian Dior, «con un jersey negro y diez hileras de perlas, revolucionó la moda».
Mi elección de receta para Coco Chanel es un guiño a su amor por la sencillez de sus diseños y su huida de las complicaciones en busca de lo básico sin sacrificar la elegancia.
Al pensar en Coco Chanel y qué preparar para ella en esta cita virtual me vino a la mente esta pavlova de coco en blanco y negro. Un dulce suave, etéreo, delicado, elegante, sencillo y deleitoso, que se presenta coronado por unas bolitas de coco a semejanza de las perlas tan características de sus diseños.
Querida Coco, encantada de tenerte en mi casa. Permite que te sirva una taza de té, disfrutemos de un buen rato de conversación y permíteme que te cuente cómo he hecho estas pavlovas…
Necesitamos (para 2 pavlovas medianas)
- 2 claras de huevo a temperatura ambiente
- 110 grs de azúcar blanquilla
- 1 cucharadita de maizena
- 1/2 cucharadita de vinagre de vino blanco
Para el relleno
- 200 ml de nata para montar muy fría (mínimo 35% de M.G.)
- 50 grs de azúcar glas
- 60 grs de coco rallado
Para las bolitas decorativas
- 150 grs de coco rallado
- 100 grs de leche condensada
Además
- Papel vegetal para horno
- Colorante negro en gel
Preparación
Dibujamos, en el papel vegetal, dos círculos de 16-18 cms y lo colocamos (dibujo hacia abajo) sobre una bandeja de horno. Este dibujo servirá de guía para nuestras pavlovas.
Pre-calentamos el horno a 220ºC, calor arriba y abajo.
En un cuenco limpio y seco montamos las claras con ayuda de unas varillas eléctricas. Si quieres leer mis consejos sobre cómo hacer un merengue en condiciones, pincha aquí.
Cuando las claras estén opacas y empiecen a formar picos muy suaves, incorporamos el azúcar poco a poco sin parar el motor de las varillas.
Continuamos batiendo hasta que, al frotar entre dos dedos un poco de merengue, no sintamos los granitos de azúcar. Esto es importante para que, al hornear el merengue, este no lagrimee como consecuencia del azúcar no disuelto.
Añadimos la maizena tamizada y el vinagre y los incorporamos a mano con una espátula haciendo movimientos envolventes. La maizena y el vinagre aportarán el toque crujiente al exterior de la pavlova, tan característico de este dulce.
Dividimos el merengue en dos y a una de las mitades le añadimos colorante negro, mezclando con movimientos envolventes y con mucho cuidado para que no se nos bajen las claras.
Repartimos el merengue en el interior de los círculos que hemos dibujado en el papel vegetal, lo arrastramos hacia arriba con una espátula dejando un agujero en el centro (como si de un volcán se tratara).
Introducimos la bandeja en el horno (a media altura) al tiempo que bajamos la temperatura a 100 ºC. Horneamos durante 1 hora – 1 1/4 horas aproximadamente.
Transcurrido ese tiempo apagamos el horno y dejamos los merengues en su interior hasta que se enfríen.
Mientras los merengues se enfrían podemos preparar las bolitas de coco.
Para ello mezclamos la leche condensada y el coco, removiendo bien hasta obtener una mezcla homogénea y consistente. Dividimos la mezcla en dos y a una de ellas me añadimos colorante negro. Tomamos pequeñas cantidades de la mezcla y hacemos bolitas en los dos colores: blanco y negro. Reservamos en la nevera.
Cuando el merengue este completamente frío, podemos proceder a preparar el relleno y montar las pavlovas.
Montamos la nata (que habrá de estar bien fría) con ayuda de unas varillas eléctricas. Cuando comience a adquirir consistencia, agregamos el azúcar y terminamos de montar. Es importante no pasarnos con el batido o la nata se nos convertirá en mantequilla.
Agregamos el coco y removemos a mano. Dividimos la mezcla en dos y a una de las mitades le añadimos colorante negro.
Despegamos los merengues del papel de horno, con mucho cuidado ya que tienden a quebrarse, y los colocamos en la fuente en que vayamos a servir la pavlova. Cubrimos el merengue de color negro con la nata de coco de color blanco y decoramos con bolitas de coco. Hacemos lo mismo con el merengue de color blanco, que cubrimos con la nata de color negro.
Servimos de inmediato, de lo contrario la nata reblandecerá el merengue, y a disfrutar.
Y después de disfrutar de Coco Chanel, llega el momento de lanzar el desafío a una nueva bloguera con una nueva invitada. Y estas son:
Adelante Yolanda, tienes 20 días para sorprender a tu invitada con alguna de esas delicias a las que nos tienes acostumbrados a todos por estos lugares. A ver si consigues camelarla un poco y suaviza su política para con nuestro país que falta nos hace 🙂
Gabinete Psicontigo dice
me ha encantado la recetita de tu desafio, y a Coco le hubiese vuelto loca! Vamos…eso seguro!
Eniko Ostafi dice
Hola!
impresionante!
Vi la película sobre su vida, me acuerdo que me gusto mucho, muchisimo
saludos