Ni tengo la más remota idea de cuánto tiempo hace que preparé estos bocados de merengue. Es posible que haga la friolera de 2 o 3 meses. Y desde entonces andan a la espera de ver la luz y lucir palmito en la portada de este blog. Hoy, por fin, y sin más demora llegan a lo alto de la lista de publicaciones y vienen a endulzarnos el día.
La preparación de merengue en casa suele coincidir con el exceso de claras disponibles, resultado de otras preparaciones para las que sólo se ha necesitado las yemas.
Da mucho juego en la cocina y dura mucho tiempo en perfecto estado si lo conservamos en una lata herméticamente cerrada por lo que generalmente, cuando lo preparo, lo hago en grandes cantidades y lo utilizo para decorar tartas, cupcakes o para disfrutarlo solo como acompañamiento de mi café de sobremesa.
El merengue es un dulce fácil de preparar, no hay que tenerle miedo, pero para hacerlo en condiciones conviene tener en cuenta lo siguiente:
- Los merengues se elaboran a partir de claras de huevo y azúcar. Pero si añadimos una pizca de sal, las claras tardarán menos tiempo en montarse.
- Los huevos a utilizar tienen que estar a temperatura ambiente. Si están fríos, recién sacados de la nevera, las claras no montarán bien.
- Es importante abrir con cuidado los huevos para que no se rompa la cáscara y no caiga ningún trocito en el preparado. También lo es separar las claras de las yemas, de manera que estén limpias y sin restos.
- Para batir las claras y que adquieran la consistencia adecuada debemos utilizar varillas de repostería. Si lo hacemos con batidora eléctrica (con el adaptador de varillas) nos ahorraremos tiempo y esfuerzo. Hacerlo de forma manual es de valientes 🙂
- El ritmo de batido debe ser continuo, con movimientos envolventes, para que entre aire en la crema y esta adquiera volumen y consistencia. Es mejor realizar todo este proceso en un ambiente templado, ya que el frío no ayuda a montar las claras.
- En el caso del merengue dulce, la medida de azúcar es directamente proporcional al peso de las claras. Ambos ingredientes tienen que pesar lo mismo.
- Se puede utilizar azúcar blanquilla o azúcar glas, este último se absorbe con mayor facilidad.
- Para que monten mejor, deberemos batir las claras en una zona cercana a una fuente de calor.
- El bol en el que vayamos a montar las claras ha de estar seco y limpio, así como las varillas.
- Las claras montarán mejor si untamos las paredes del recipiente donde las vayamos a batir con unas gotitas de zumo de limón.
- Para saber si las claras están montadas, inclinaremos el bol. Si no caen es que están listas.
- El exceso de batido hará que las claras bajen así que no debemos pasarnos.
Dicho todo esto, vamos con la receta.
Necesitamos
- 4 claras
- Un pellizco de sal
- Mismo peso de las claras en azúcar glas (depende del gusto de cada cual)
- 1 cucharadita de esencia de vainilla incolora (opcional)
- Colorante alimenticio en gel (opcional)
Preparación
En un recipiente hondo batimos las claras a punto de nieve con la sal. Cuando las claras estén casi montadas, añadimos el azúcar poco a poco y a modo de lluvia así como la vainilla y el colorante.
Batimos hasta que el colorante se haya integrado y tengamos una masa de un color uniforme.
Introducimos el merengue en una manga pastelera con una boquilla de estrella. Formamos montoncitos de merengue sobre una bandeja de horno cubierta con papel vegetal.
Horneamos durante 90 minutos a 100 ºC (arriba y abajo, horno tradicional). Incluso podemos llegar a tenerlos en el horno hasta 2 horas para asegurarnos un secado perfecto.
Transcurrido el tiempo de horneado, retiramos la bandeja del horno y dejamos enfriar completamente los bocaditos de merengue antes de guardar en una lata metálica.
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