Hace menos de dos semanas tuve la enorme suerte de compartir mesa con varias de mis blogueras preferidas. La excusa para juntarnos (si es que necesitamos una) fue el viaje relámpago a Madrid que Juana y Caty programaron con motivo de un taller de pan en La Bolboreta.
Como no es habitual que esto ocurra, fue enterarme de sus planes y, al instante, sugerir hacer algo juntas. El cómo, cuándo y dónde llegó después pero, de primeras, lo fundamental, que era «agarrar» a estas dos fabulosas mujeres, ya lo tenía garantizado 🙂
Durante las horas que pasamos juntas el tiempo voló y es que cuando se está en buena compañía…ya se sabe…las horas pasan sin que una sea consciente de ello!
Juana y Caty nos tenían preparada una sorpresa a cada una de las allí reunidas. Mientras nos entregaban unos paquetitos la mar de monos con una etiqueta que leía «de Mallorca» nos contaban que dentro de ellos había algo típico de la isla que ambas, especialmente Caty, querían promocionar y dar a conocer fuera de la isla. Lejos andaba yo de imaginar que este «alto típico» iba a ser media docena de zanahorias moradas envasadas al vacío. Si os cuento que me hizo más ilusión que si me hubieran regalado un lingote de oro ¿os lo creeríais? Pues si, eso es lo que sentí. Esta variedad de zanahoria la conocí hace poco más de un año cuando Caty publicó en su blog este bizcocho de zanahoria morada y quedé prendada de ellas al instante.
A todas las agraciadas nos pareció una idea simpática, así como una manera de contribuir con la promoción de este producto, el publicar una receta con la zanahoria morada como ingrediente principal el mismo día.
Mi aportación es este pastel de zanahorias moradas para cuya elaboración me he inspirado en el pastel de zanahorias y coco publicado por Yolanda en Cocido de sopa.
Espero que os guste mi versión. A nosotros nos ha encantado 🙂
Necesitamos
- 8 croissants
- 250 grs de zanahorias moradas
- 125 grs de azúcar blanquilla
- Agua
Para el almíbar
- 200 ml del agua de cocer las zanahorias
- 4 cucharadas de azúcar blanquilla
Además
- Almendras fileteadas para decorar
- Azúcar glas para espolvorear
- Mascarpone para acompañar
Preparación
Lavamos las zanahorias y las cortamos en trocitos pequeños.
Las colocamos en una cacerola, las cubrimos con agua y las cocemos hasta que estén blandas, una media hora aproximadamente.
Escurrimos y reservamos el agua, lo necesitaremos para el almíbar. Dejamos reposar las zanahorias cocidas sobre un colador durante un par de horas.
Trituramos las zanahorias, bien con una batidora eléctrica o a mano con un tenedor, y las mezclamos con el azúcar.
Cortamos los croissants por la mitad, a lo largo, y cubrimos la base de un cuenco con parte de ellos.
Extendemos una tercera parte del puré de zanahoria sobre esta base. Colocamos otra capa de croissants y, sobre esta, otro tercio del puré de zanahorias.
Aplastamos bien entre capa y capa y seguimos alternando croissants y puré de zanahorias hasta terminar con una última capa de croissants.
Forramos el cuenco con film transparente y ponemos encima algo de peso para que comprima el pastel. Dejamos reposar, como mínimo, 12 horas. Yo lo hice por la noche y lo comimos como postre de la comida del día siguiente.
Transcurrido el tiempo de reposo, lo desmoldamos y decoramos con almendras laminadas y azúcar glas.
Preparamos un almíbar con el agua de haber cocido las zanahorias y el azúcar. Cocemos suavemente los dos ingredientes hasta que la mezcla espese.
Servimos el pastel regado con el almíbar y acompañado de una cucharadita de mascarpone y…nos preparamos para disfrutar de lo lindo 🙂
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