Hoy me he levantado contenta y no es para menos porque toca publicar las recetas del reto Tía Alia.
Los días de publicación son días muy especiales que me mantienen sonriente durante toda la jornada. Leer vuestros comentarios, enlazar a los participantes y visitar vuestros blogs me proporcionan gran satisfacción y hacen que sienta que el esfuerzo de llevar a cabo esta locura mensual merezca la pena.
Entiendo que para muchos de vosotros las recetas del reto Tía Alia pueden resultar una auténtica pesadilla (para mi lo han sido en varias ocasiones) y aprovecho la entrada para agradecer que, a pesar de ello, os animéis a participar y/o a seguir participando…que estos…los reincidentes…sois los que más mérito tenéis 🙂
Dicho todo esto, entro en materia sin más dilación y comienzo, como es costumbre, por la RECETA SALADA – Carne encebollada.
Sencilla de preparar, el éxito de esta receta radica en la elección de una buena carne.
Yo tuve claro desde el principio que la carne que pedía esta receta era de ternera aunque la receta no indicara nada sobre el tipo de carne a utilizar. Con esto en mente me dirigí a comprar, por primera vez, a una carnicería de mi zona por cuya puerta había pasado infinidad de veces pero en la que jamás, hasta la semana pasada, había puesto un pie. Con las mismas, le pedí al carnicero que me recomendara una pieza de ternera que fuese tierna de base, que no endureciera con el corto tiempo de cocción que requería la receta, que quería filetes de 1 centímetro de anchos que yo luego cortaría en tiras de otro centímetro de ancho, etc.
Después de soltarle todo este rollo (me faltó contarle lo del blog y el reto…jajaja) salí de la carnicería con una carne que, si mi memoria no falla, el carnicero llamó «carne de carnicero» (y valga la redundancia).
Una carne espectacular de tierna y de un sabor exquisito que nos ha dejado a todos los que hemos probado este plato con ganas de más. Esta semana cae de nuevo. Con eso os lo digo todo 🙂
Necesitamos (para 4-6 personas)
- 450-500 grs de ternera en gruesos filetes
- 1 cucharada de harina de trigo
- 2 cucharadas de aceite de oliva
- 30-40 grs de manteca
- 3 dientes de ajo, pelados y enteros
- 3 cebollas, peladas y en juliana
- 100 ml de vino blanco
- 50 ml de agua
- 2 cucharaditas de mostaza con higos
Preparación
Cortamos la carne en tiras de un centímetro de espesor, la colocamos en un cuenco amplio y la espolvoreamos con la harina. Removemos con las manos para que la harina cubra la ternera por toda la superficie.
Calentamos el aceite de oliva en una sartén y pasamos por el la ternera para sellar sus jugos. Este es un paso rápido, con un minuto será suficiente, pero requiere que demos vueltas a la carne para que todos sus lados queden sellados. Es importante no pasarse ya que no queremos cocinar la carne, eso lo haremos después.
En otra sartén limpia calentamos la manteca y sofreímos los ajos. Cuando comiencen a tomar color añadimos la cebolla, reducimos el fuego a medio-bajo, tapamos y dejamos pochar durante 8-10 minutos.
A continuación añadimos el vino, el agua, la mostaza y removemos. Ajustamos el punto de sal al gusto.
Cuando la mezcla alcance el punto de hervor nuevamente, agregamos la ternera sin mezclar con la cebolla. Simplemente la colocamos encima procurando que ninguna pieza de carne toque la base de la sartén. de esta manera conseguimos que la ternera se cocine en el jugo de la cebolla y no se seque.
Tapamos nuevamente la sartén y dejamos cocer entre 5 y 10 minutos, dependiendo del punto que queramos darle a la carne.
Servimos inmediatamente y acompañamos con mucho pan para mojar en la salsa. Os lo pedirá el cuerpo. Verdad verdadera 🙂
RECETA DULCE – Pastas de vino
Así como con la receta salada he quedado encantada y ha pasado a ocupar un lugar bien alto en el ranking de «recetas a repetir» en mi cocina, con las pastas de vino no ha ocurrido lo mismo.
Han gustado, han aprobado, pero no nos han parecido nada del otro mundo.
Lo bueno de estas pastas es que me han salido a la primera, cosa rara porque cuando se trata del reto dulce de Tía Alia yo suelo tener que repetir, y hasta tripitir, intentos hasta dar con un resultado convincente.
La receta requería «jícaras» como unidad de medida y yo no he sido capaz de averiguar exactamente a qué equivalen en gramos. Han sido varias las fuentes de información que he consultado y en cada una de ellas me he topado con equivalencias distintas de modo que, como lo que estaba claro era que había que doblar la cantidad de aceite y añadirla en vino dulce, he tomado como punto de partida 50 ml de aceite.
El vino que he usado no es excesivamente dulce por lo que me he permitido la licencia de añadir una cucharada de azúcar (cosa que no lleva la receta original). En caso de utilizar un vino con un grado de dulzor elevado, no sería necesario añadir azúcar a la masa.
Necesitamos
- 50 ml de aceite
- 100 ml de vino dulce (Pedro Ximénez)
- 1 cucharada de azúcar blanquilla
- 160 grs de harina de trigo
- Azúcar glas para espolvorear
Además
- Papel vegetal
- Rodillo
- Cortador para masas circular (en mi caso)
Preparación
En un recipiente hondo, mezclamos el aceite y el vino. Añadimos el azúcar, removemos hasta disolver y, a continuación, agregamos la harina. Mezclamos todos los ingredientes hasta obtener una masa homogénea.
Con la ayuda de un rodillo, extendemos la masa entre dos hojas de papel vegetal. La colocamos sobre una bandeja de horno y dejamos reposar en la nevera durante 30 minutos.
Transcurrido el tiempo de reposo, cortamos la masa en círculos (o de la forma que más te guste) y la pasamos a una bandeja de horno cubierta con papel vegetal. No es necesario dejar mucho espacio entre unos círculos y otros ya que la masa, al no llevar levadura, apenas crecerá durante el horneado.
Con el sobrante de la masa repetimos la operación anterior, es decir, lo extendemos entre dos hojas de papel vegetal con el rodillo, cortamos y trasladamos a la bandeja de horno junto con el resto de círculos de masa. Así hasta acabar con la totalidad de la masa.
Introducimos en horno pre-calentado a 175 ºC (horno tradicional, arriba y abajo) y dejamos cocer durante 8-10 minutos (esto dependerá no sólo de vuestro horno sino también del grosor de las pastas) o hasta que veamos que las pastas comienzan a adquirir un tono ligeramente dorado.
Dejamos enfriar sobre la misma bandeja de horno y, una vez frías, espolvoreamos las pastas con azúcar glas antes de disfrutarlas.
Y por este mes me despido y me largo rauda y veloz a visitar las cocinas de los valientes participantes de este mes que son los siguientes:
—- RECETAS SALADAS —-
Alamos ventososBien despachao
Chez SilviaCocido de sopaCocina Prét-â-PorterCocinando en MarteCocinando un abril encantadoCocinando voy y recetando vengoContigo en la playaDecorecetasEn tu cocina y en la mía
Ideas de andar por casaLa cajita de nieveselenaLa cocina de AishaLa cocina de los inventosLas recetas de BéLas recetas de Marichu…y las míasO caron da LareiraOlor a regalicesPer sucar-hi paRecetas de emergenciasRico rico deliciosoTastets de bruixaUn poquito de RocíoUs en llepareu els dits!
—- RECETAS DULCES —-
2mandarinas en mi cocinaAtrapada en mi cocinaAzúcar glass y másCosas de magoCosicas dulces y alguna saladaCuchillito y tenedorDe la huerta a la cazuelaDit i fet – cuinaEl paraíso de los golososJengibre azul
La cocina de las casinasLa cocina de MarLa cocina de TesaLa cuina violetaLas receticas de AnicaMarron glacèMás dulce que salado
Mil ideas mil proyectosMis recetas de cocinaPetitte recete
Receta en una botellaRosita y Suny Olivas en la cocinaRossGastronómicaSazono y me lo comoSueños de amor y canelaSweet & sourUn pellizco de canelaYerbabuena en mi cocina
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