El fudge o dulce de azúcar es una golosina de origen estadounidense de más de cien años de antiguedad. Como ocurre con muchas otras recetas, los orígenes exactos no están claros ni en cuanto a quién, cómo, dónde ni cuando fue inventado.
Se cree que el primer fudge fue fruto de un error a la hora de hacer caramelo y de ahí su nombre: fudge en inglés significa «arruinar». Un fracaso gastronómico de lo más exitoso (ya tratamos este tema hace unos días…¿os acordáis?).
El proceso de elaboración del fudge es bien sencillo pero hay un detalle importante que no se puede dejar pasar por alto si queremos obtener un resultado perfecto: los ingredientes básicos deben de cocerse a 116º C. Ni uno más, ni uno menos. Esto lo podemos controlar con un termómetro de cocina o respetando a rajatabla el tiempo de hervor que indico más abajo. A mi me resulta más sencillo este segundo método, así como el único que puedo utilizar ya que no dispongo de dicho artilugio.
El dulce original, de sabor similar al toffee, se elabora con azúcar, mantequilla y leche pero, hoy en día, es fácil encontrar fudge de muchos otros sabores: chocolate, mantequilla de cacahuete, café, vainilla, etc.
Con este típico dulce quiero participar en el concurso de recetas norteamericanas organizado por Teresa cuyo blog, La Cocina de Tesa, cumplió su primer año el pasado 30 de octubre.
Teresa nos invita, nos provoca, nos reta a preparar una receta típica de Estado Unidos como homenaje a la primera entrada con la que inauguró su blog y a través de la cual hacía un guiño a la cocina de este país: muffins de chocolate.
Yo llego por los pelos ya que hoy finaliza el plazo de presentación de recetas a su concurso. Pero llego, que es lo importante, y lo hago con la esperanza de que mi aportación le guste tanto a Teresa como a todos los que regularmente me seguís y los que me leéis hoy.
Dicho todo esto, no me queda más que pasar a la receta. Allá va…
Necesitamos
- 375 grs de azúcar blanquilla
- 90 grs de mantequilla sin sal
- 125 ml de leche evaporada
- 250 grs de chocolate negro fondant troceado
- 110 grs de crema de marshmallow (ver abajo)
- 1/2 cucharadita de esencia de vainilla
Para decorar
- Chocolate blanco
Preparación
Cubrimos con papel vegetal la base y laterales del recipiente en el que vamos a dejar enfriar la mezcla una vez lista (sin recortar el sobrante). Para estas cantidades usamos una fuente cuadrada de unos 24 x 24 cms (o una rectangular de similar capacidad).
En una cacerola lo suficientemente amplia calentamos, a fuego medio-alto, el azúcar, la mantequilla y la leche evaporada.
Cuando la mezcla alcance el punto de hervor, bajamos el fuego y dejamos hervir suavemente durante 4 minutos (ni uno más ni uno menos – esto es muy importante).
Retiramos la cacerola del fuego y añadimos el chocolate, la crema de marshmallows y la esencia de vainilla. Removemos bien hasta incorporar todos los ingredientes y obtener una masa homogénea.
Vertemos la mezcla en el recipiente y dejamos entibiar a temperatura ambiente.
Derretimos el chocolate blanco en el microondas, a golpes cortos de 20-30 segundos cada uno. Con ayuda de un tenedor, dejamos caer hilos de chocolate derretido sobre el fudge dibujando líneas entrecruzadas o lo que más nos guste.
Introducimos el fudge en la nevera y lo dejamos reposar hasta que enfríe completamente (1-2 horas serán suficiente).
El fudge se sirve cortado en porciones del tamaño de un caramelo. Para trocearlo simplemente tiramos del sobrante del papel vegetal sobre el que se encuentra y lo retiramos del recipìente. Usamos un cuchillo de hoja larga y afilada que introduciremos en agua caliente antes de practicar cada corte para facilitarnos la tarea.
Y ya está, unos dulces suaves y cremosos listos para fundirse en tu boca que resultan difíciles de resistir.
¿Podrás comerte sólo uno?
Sobre la crema de marshmallow
Podemos comprar la crema de marshmallow en tiendas especializadas en productos americanos. La encontraremos envasada en botes bajo el nombre de marshmallow fluff.
Si optamos por elaborarla en casa, tan sólo tenemos que colocar un recipiente al baño María y calentar 2 cucharadas de agua junto con 50 gramos de azúcar invertido durante un par de minutos (procurando que el agua del baño no esté demasiado caliente, que no alcance el punto de hervor). A continuación añadimos 150 gramos de marshmallows troceados (nubes o malvaviscos) y removemos suavemente hasta que se hayan fundido y obtengamos una crema homogénea, espesa y densa.
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