Si os cuento que no había comprado ni, por supuesto, cocinado batata jamás en mi vida ¿os lo creeríais?
Pues así es. Cierto ciertísimo. Bueno, ahora ya no lo es porque para preparar este plato tuve que hacerlo, claro está, pero esta ha sido la primera vez y no creo que sea la última ya que me ha gustado muchísimo su sabor.
El caso es que me resistía a comer batata porque siempre he pensado que no me gustaba. No sólo lo pensaba, estaba convencida de que no me gustaba. Pero no me sentía así simplemente porque si. No señor. Esto tiene una explicación. En una ocasión hace muchos años, durante mi niñez, mi madre preparó batata asada para cenar y a mi, que no he sido mala comedora jamás, aquello no me gustó nada de nada. La textura me pareció desagradable y el sabor ya ni os cuento. Recuerdo aquel momento como si hubiera sido ayer y tanto rechazo me causó el sabor y la textura de aquella batata que, durante años, he vivido con la convicción de que no me gustaba la batata.
Hasta hace bien poco que me animé a probarla de nuevo para quitarme ese mal recuerdo de encima. Siempre ando recalcando la importancia que tiene comer de todo, lo necesario que es insistir con platos que, de primeras, no nos hacen demasiada gracia porque el tiempo y la insistencia terminan por acostumbrar nuestros paladares a todo sabor y el gusto se educa. Pues tenía que aplicarme el cuento y predicar con el ejemplo. Así que eso hice y menuda sorpresa me llevé. Me gustó tanto que, desde aquel día, la he comprado en varias ocasiones y disfrutado otras tantas.
Una de las preparaciones en las que la he usado ha sido estos ramekins de batata, feta y coco. Perfectos para abrir boca como entrante de una comida o como cena ligera acompañados de una ensalada verde. De una suavidad increíble, tanto por su textura como por su sabor, si te gusta la batata no te defraudarán.
¿Los probamos juntos?
Necesitamos (para unos 8-10 ramekins)
- 3 batatas (o boniatos), peladas y troceadas
- 150 grs de queso feta, desmigado
- 2 yemas de huevo
- 4 o 5 cucharadas de aceite de oliva suave
- 2 cucharadas de harina de trigo
- 400 ml de leche de coco (1 lata o brick)
- 2 claras de huevo montadas a punto de nieve
- Sal
Preparación
Cocemos las batatas al vapor durante 15-20 minutos o hasta que estén blandas. Podemos también asarlas al horno, hervirlas o cocinarlas en el microondas.
Engrasamos los ramekins y repartimos la mezcla entre ellos. Los podemos llenar hasta arriba ya que, aunque la mezcla aumenta ligeramente de volumen con el horneado, es lo suficientemente espesa como para no desbordarse. Yo no lo hice, como se aprecia en las fotos, por miedo a que la mezcla se saliera de los recipientes pero no fue el caso.
Colocamos los ramekins sobre una bandeja y los introducimos en el horno durante 25-30 minutos o hasta que la superficie adquiera un color dorado.
Servimos inmediatamente.
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