Hace poco más de un mes, concretamente el 19 de septiembre, publicaba la receta de los rollitos de lasaña y escribía sobre las pocas recetas de pasta que hay en este blog.
Ese mismo día me hice con un ejemplar de la nueva revista Love cocina que incluye una sección sobre platos de pasta.
«Curioso» – pensé – «¿Será esto un mensaje oculto, una indirecta, etc?» «¿Tendré que cambiar las cosas y ampliar mi repertorio de platos de pasta en el blog?».
Como veréis, mis pensamientos no quedaron ahí.
Desde las páginas de Love cocina, esta receta me miraba y me pedía a gritos que la preparara. Casualmente, tenía mejillones y gambas en el congelador así que no tenía excusa y me puse manos a la obra.
Desgraciadamente las fotos no salieron especialmente bien pero no he querido dejar pasar la ocasión de compartir la receta con vosotros. La próxima vez que la haga (porque os aseguro que habrá una próxima vez), la acompañará una nueva sesión de fotos para la que reservaré unos mejillones y unas gambas que colocar estratégicamente sobre la salsa para que se aprecien bien los «ingredientes estrella» de la salsa. Así no tendréis que adivinar que los lleva y tomarme la palabra por ello ¿verdad?
A pesar de la larga lista de ingredientes, que seguro o casi seguro tenéis disponibles en casa, la salsa es sencilla y rápida de preparar y os traerá como resultado un plato de pasta diferente, sabroso, sano y nutritivo.
Un excelente plato único con el que solucionareis una comida en un pis pas.
¿Queréis saber cómo?
Necesitamos
- 500 grs de espagueti
- 1 cebolla picada
- 3 dientes de ajo picados
- 500 grs de mejillones cocidos (sin conchas)
- 200 ml de vino blanco
- 1 crdta de perejil picado
- 2 latas pequeñas de tomate triturado
- 2 guindillas picadas
- 1 crda de hierbas provenzales
- 200 grs de gambas peladas
- Aceite de oliva suave
- Sal
- Pimienta
Preparación
Calentamos un par de cucharadas de aceite de oliva en una sartén amplia. Añadimos la cebolla y los ajos y rehogamos hasta que empiecen a dorarse. Añadimos los mejillones, los regamos con el vino blanco y, cuando alcance el punto de hervor, agregamos el perejil, el tomate, las guindillas y las hierbas provenzales. Salpimentamos.
Dejamos cocer a fuego vivo, removiendo, hasta que la salsa quede reducida. Incorporamos las gambas y dejamos cocer un par de minutos (no más).
Hervimos la pasta en abundante agua salada según las instrucciones del fabricante. Cuando esté lista, la escurrimos y añadimos la salsa.
Removemos y servimos acompañada de un cestillo rebosante de pan con el que dar buena cuenta de esta deliciosa salsa.
Fuente: Nº 1 de la revista «Love cocina» (platos de pasta de Sergio Fernández)
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