Anoche, cuando editaba las fotos que ilustran la entrada de hoy, pasó mi marido por detrás de mí, miró la pantalla del portátil, frenó en seco y me soltó un chascarrillo sobre que si la navidad ya había llegado y el no se había dado cuenta. Ironía al más puro estilo británico, jaja. Lo cierto es que se quedó bastante sorprendido al ver que mi próxima publicación iba a ser un dulce preparado con un ingrediente típicamente navideño de la gastronomía británica: el mincemeat.
Y es que no es para menos.
Realmente la publicación de esta receta no pega ni con cola en esta época del año. Lo «políticamente correcto» sería esperar a finales de año para sacarla a la luz pero, en mi afán por vaciar la bandeja de borradores que tengo en blogger, me he dicho a mi misma «Estamos en España», «Aquí no se va a notar», «Mientras no me lea el público británico (quien podría pensar que se me ha ido la pinza totalmente)» y otras cosas por el estilo.
De modo que, con la manta liada a la cabeza, me lanzo con esta receta tan impropia de estas fechas pero que quiero compartir con vosotros por lo deliciosa y fácil que es de preparar.
El mincemeat es una mezcla de frutas, licores y especias que se utiliza como relleno de pasteles. Da nombre a los tradicionales mince pies británicos, cuya receta podéis encontrar aquí. Aunque su elaboración es sencilla y su conservación duradera, el mincemeat que yo utilicé para preparar estos «nidos» no fue otro que el que me sobró de la preparación de los mince pies.
Hay muchas recetas de mincemeat publicadas en la web de modo que, si os animáis a prepararla vosotros mismos, os resultará muy fácil encontrar una que se adapte a vuestros gustos y a la disponibilidad de ingredientes con que contéis.
Necesitamos (para 12 nidos)
- 300 grs de mincemeat
- 100 grs de azúcar
- 100 grs de uvas pasas
- 3 o 4 láminas de masa filo
- 50 grs de mantequilla
- Un puñadito de nueces
Además
- Bandeja de horno para magdalenas, muffins, etc
Preparación
Comenzamos preparando el relleno.
Para ello picamos las uvas pasas y las añadimos al mincemeat. Calentamos la mezcla a fuego lento junto con el azúcar, removiendo hasta que todos los ingredientes estén integrados (unos 10 minutos desde que comience a hervir).
Dejamos templar.
Mientras tanto, pre-calentamos el horno (arriba y abajo, tradicional) a 180-200 ºC.
Fundimos la mantequilla a fuego suave o en el microondas a golpes de calor cortos y suaves (para evitar que se nos queme).
Con ayuda de una brocha, o con los dedos, untamos cada una de las cavidades de la bandeja de horno con un poco de mantequilla. En ellas colocaremos la masa filo y no queremos que se nos pegue ¿verdad?
Tomamos una lámina de masa filo y la untamos de mantequilla. Sobre ésta colocamos otra lámina de masa filo y también la untamos con mantequilla. Por último cubrimos con una tercera lámina de masa filo (esta no hay que untarla de mantequilla).
Con un cuchillo bien afilado, o un corta pizzas, cortamos la masa en cuadrados de un tamaño que se adecue al de las cavidades de nuestra bandeja de horno (yo hice cuadrados de 10×10 cms aproximadamente) y los colocamos en las mismas, presionando el interior para crear esta especie de nidos o cestillos.
Rellenamos cada nido con la preparación del mincemeat y colocamos unos trocitos de nuez.
Antes de lanzarnos sobre la bandeja, recomiendo espolvorear con azúcar glas y esperar unos minutos a comerlos recién templados para disfrutar de ellos al 100%.
Nota:
- Si preparáis el mincemeat casero podéis ahorraros los pasos de la preparación del relleno ya que podréis ajustar el punto de dulzor a vuestro gusto. Yo lo tuve que hacer así porque el mincemeat envasado que tenía resultaba demasiado amargo y, o lo suavizaba y lo endulzaba un poco, o aquello no se habría comido nadie en casa excepto una servidora…¡que no le hace feos a nada!
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