Me vais a perdonar que use el nombre inglés para este helado pero tiene su porqué.
El caso es que esta es una receta que guardo desde hace unos 15 años y que me dió una de mis cuñadas de Inglaterra. No puedo llamarlo «helado de pan integral» que es como se traduciría literalmente. Es que no me parece ni que suene bien ni que deba cambiarle el nombre porque, al fin y al cabo, como «brown bread ice cream» lo probé y como «brown bread ice cream» llegó a mis manos su receta.
Así que, espero, perdonéis que me tome tal licencia.
Desde que escribo este blog he tenido la intención de preparar y publicar este helado. Es un bocado sorprendente, sabroso, suave y muy diferente a cualquier helado que haya comido jamás y que llevo meses planeando compartir con vosotros. Por eso, cuando vi que nuestra querida Rosilet, del blog Sugg-r, organizaba un concurso de helados, supe instantáneamente cual iba a ser mi aportación.
Lo he pasado estupendamente preparándolo, fotografiándolo (esto es lo mejor porque no se derrite como los helados tradicionales y eso, con estos calores, es muy de agradecer) y degustándolo.
Ahora sólo espero, querida Rosilet, que te guste a ti también. ¡Va por ti!
Necesitamos (para 4-6 raciones)
- 125 grs de pan integral rallado
- 50 grs de azúcar moreno
- 600 ml de nata para montar
- 1 cucharada de ron
- 50 grs de azúcar glas tamizado
Preparación
Extendemos el pan rallado y el azúcar moreno sobre una bandeja de horno. Colocamos bajo el gril durante 6-8 minutos o hasta que comiencen a dorarse y el azúcar caramelice Removemos de vez en cuando y vigilamos para que no se nos queme (recomiendo vigilar el horno y tener mucho cuidado, a mí se me quemó la primera vez y me tocó repetir la operación).
Retiramos del horno, removemos y dejamos enfriar.
Montamos la nata con ayuda de unas varillas eléctricas. Para ello deberá de estar muy fría o, de lo contrario, no espesará. Yo suelo poner el recipiente en que la voy a montar en el congelador unos 10 minutos antes. Así se mantienen frías mientras batimos y se montan mejor.
Añadimos el ron y el azúcar glas. Mezclamos.
Vertemos esta mezcla en un recipiente de poca profundidad y metemos en el congelador durante 1 hora aproximadamente.
Pasamos la mezcla a un contenedor más profundo y removemos con un tenedor para romper los cristales que se hayan podido formar.
Añadimos la mezcla de pan y azúcar. Removemos hasta incorporarlos a la mezcla y metemos de nuevo en el congelador.
Sacamos del congelador para remover una vez transcurrida una hora. Repetimos un par de veces más la misma operación. Cubrimos y dejamos en el congelador hasta que lo queramos consumir.
Es un helado con una consistencia «resistente» al calor y que tarda en reblandecerse por lo que recomiendo sacarlo del congelador unos 40-45 minutos antes de consumirlo.
KRIS dice
Alucinando me quedo ….
Vamos … que esto tengo que probarlo si o si … ¿cuándo? pues más pronto que tarde, porque me ha llamado muchoo la atención.
Besos