Miss Migas está feliz, más feliz que una perdiz (con estas palabras nos lo cuenta en su blog) y se siente con ganas de lanzarnos un reto. Bueno, mejor dicho, un concurso en el que nos reta a dejar constancia en la blogosfera que la cocina italiana es más que pasta y pizza.
No hay nada concreto que celebrar. «Italia: mucho más que pasta y pizza» es un concurso que nace porque sí, porque hoy es hoy, porque apetece.
Sencillamente genial ¿verdad?
Me encanta la idea, me encanta Migas con Locura y me encanta Italia así que no he querido dejar pasar la ocasión de participar.
Italia es un país de una cultura gastronómica profundamente rica. Cada región tiene sus platos característicos que se basan en los productos que se cultivan o producen en la zona.
Es un país de gentes amables, entrañables y generosas que te reciben con los brazos abiertos y no tienen el menor reparo a la hora de hacerte un hueco en sus mesas. Gente que sabe apreciar lo bueno que tiene la vida y que lo comparte sin reservas. Y esto lo escribo con conocimiento de causa. Tengo buenos amigos en Italia, una familia fabulosa que vive en una encantadora granja en Longiano, un pequeño y bonito pueblo de la región de Romagna.
De ellos aprendí todo lo que he escrito más arriba sobre sus gentes. En ellos pensaba mientras mis dedos se paseaban por el teclado.
También me enseñaron a preparar piadina, una torta de pan típica de su región. Una receta sencilla con la que quiero participar en el concurso de Migas con Locura. Probablemente pasará desapercibida entre las demás, he visto algunas y el nivel es altísimo, pero siento que esta es la receta con la que tengo que participar y no otra. Por que para mí, esta receta es Italia en estado puro. Prepararla y comerla me transporta a través del espacio y del tiempo a la granja de mis amigos en Romagna. Inevitable.
Espero que os guste 🙂
Necesitamos
- 300 grs de harina de fuerza
- 52 grs de manteca de cerdo a temperatura ambiente
- 7 grs de bicarbonato
- 10 grs de sal
- 160 grs de agua
En un cuenco amplio ponemos la harina, el bicarbonato, la sal y la manteca de cerdo. Mezclamos los ingredientes con la punta de los dedos hasta que la harina se haya impregnado de la grasa por completo.
Añadimos el agua poco a poco. Es posible que no la necesitemos toda o que necesitemos un poco más. Esto dependerá del tipo de harina que utilicemos.
Amasamos en el cuenco hasta que podamos formar una bola. Pasamos la masa a una superficie limpia y seguimos amasando para obtener una masa homogénea y maleable. Envolvemos la masa con un trapo y la dejamos reposar durante 30 minutos.
Transcurrido este tiempo dividimos la masa en porciones de igual tamaño y formamos bolas con cada una de ellas. Enharinamos un rodillo y estiramos cada bola hasta que consigamos una lámina fina. Para que quede redonda colocamos un plato encima y cortamos el sobrante con un cuchillo.
Repetimos la operación hasta terminar con todas las bolsa de masa. Según vamos haciendo las piadinas las podemos colocar unas encima de otras pero necesitaremos enharinar ligeramente la superficie para evitar que se peguen.
Calentamos una sartén antiadherente del mismo tamaño, o mayor, que las piadinas y las cocemos a fuego medio durante un par de minutos por cada lado. Conservamos las piadinas hechas bajo un trapo, así se mantienen flexibles y calientes.
Servimos las piadinas con mortadela de Bolonia, jamón de Parma, queso Scamorza o salami.
Ivana gonzalez dice
buenos días te cuento que mi familia es de la región viven en CESENA y cuando fui allí de vacaciones probe por primera vez la piadina,ellos a la receta le añadían una pizca de nuez moscada. a mis hijos les encanta ahora mismo voy a prepararles una para el almuerzo y dentro pondré jamon y queso!
Nicolás dice
Ummmm que rico.
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