Amor a primera vista.
No es la primera vez que me ocurre ni será la última.
Seguramente que sabéis de lo que hablo, que no soy la única y que vosotros/as habéis experimentado la misma sensación en más de una ocasión.
Esta vez me ha ocurrido con una receta. Con esta receta en concreto. Cuando la vi en la web se me desencajó la mandíbula, se me salieron los ojos de las órbitas y solté un incrédulo «¿quéeeee?» bien alto.
Bizcocho al vino tinto, leían mis ojos. «¿Cómo?, no puede ser, no he visto bien». Y volví a mirar y a leer y entonces comprobé que no me estaba equivocando. Seguí leyendo la entrada, publicada el 5 de marzo por Nieves y Elena en La cajita de nieveselena, y mi incredulidad se convirtió en fascinación. «Wow», pensé, «esto lo tengo que probar».
Y así hice.
Las cantidades de todos los ingredientes (líquidos incluidos) van en gramos porque la receta es para la TMX pero también se puede preparar de forma tradicional, de hecho esta manera es la que explico a continuación.
Yo probé a hacerla de ambas formas y me gustó más el resultado de la elaboración a mano que posiblemente sea porque todavía no me he hecho a la TMX del todo (no hace ni un mes que la tengo).
Para la receta de la TMX visitad La cajita de nieveselena pinchando aquí.
¿Y vosotros? ¿Os atrevéis a probarlo?
Necesitamos
- 2 huevos
- 100 grs de azúcar
- 100 grs de aceite de oliva extra virgen
- 50 grs de vino tinto
- 100 grs de cacao en polvo (85% de cacao)
- 100 grs de harina de repostería
- 1 sobre de levadura tipo Royal
Preparación
Pre-calentamos el horno a 180 º (arriba y abajo, tradicional).
Preparamos el molde que vayamos a usar para hornear el bizcocho, untándolo con mantequilla y espolvoreándolo con harina (retiramos el exceso).
Batimos los huevos con el azúcar con unas varillas eléctricas durante un par de minutos.
Añadimos el aceite y continuamos batiendo hasta que se haya incorporado.
A continuación agregamos el vino y el cacao. Batimos hasta obtener una mezcla homogénea.
Tamizamos la harina junto con la levadura y las incorporamos poco a poco, removiendo con suavidad.
Cuando la harina se haya incorporado y tengamos una mezcla homogénea, la vertemos en el molde y lo horneamos durante 35 minutos.
¡El sabor es brutal!
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