El «coronation chicken», traducido «pollo de coronación», fue creado en 1953 para el almuerzo de celebración de la coronación de la reina Isabel II.
Este plato fue elegido para tal fin por ser de fácil elaboración y asequible, aspecto realmente importante en tiempos de post-guerra.
Otro aspecto que se consideró para su elección fue que se podía comer fácilmente sobre las rodillas o de pie mientras se seguía la ceremonia de coronación en la televisión. La receta del pollo coronación fue publicada en periódicos y revistas días antes a la fecha de la ceremonia. Así pudo ser elaborada por los ciudadanos británicos y degustada mientras celebraban la coronación de su reina en las calles y casas de todo el país.
La popularidad de este plato disminuyó durante unas décadas pero, en la actualidad, se ha convertido nuevamente en una de las recetas preferidas entre todas las clases del Reino Unido. Y no es de extrañar porque es un plato fácil y sabroso que se puede preparar con antelación ya que se come frío o del tiempo.
Este año, el Reino Unido celebra los 60 años de reinado de la reina Isabel II y la duquesa de Cornwall, esposa del príncipe Carlos, sugiere una receta para conmemorar el evento. Para ello ha puesto en marcha una competición entre colegios de educación primaria y secundaria a través de la cual anima a los participantes a crear un menú «digno de una reina».
Los menús de los cuatro colegios ganadores serán preparados en el Palacio de Buckingham por los chefs reales y servidos por sus creadores en la recepción que se celebrará en Junio con motivo de Jubileo de Diamantes.
Curioso ¿verdad?
A mí esta historia me resulta de lo más entrañable y ya tengo ganas de saber quienes son los ganadores y en qué consisten sus menús pero, para ello, tendremos que esperar a Mayo.
Mientras tanto, podemos ir probando el coronation chicken.
Os dejo con la receta.
Necesitamos (para 6 personas)
Para el pollo
- 2 pechugas de pollo enteras, deshuesadas (aprox. 850 grs)
- 1 cebolla pequeña
- 6 dientes de ajo
- 1 cucharada de sal
- 10-12 granos de pimienta
Para la salsa
- 1 cucharada de aceite de girasol
- 1 cebolla grande, picada
- 1 cucharada de curry en polvo
- 1 cucharada de concentrado de tomate
- 85 ml de vino tinto o blanco
- 150 ml de agua
- 1 hoja de laurel
- 2 cucharadas de azúcar
- 2 rodajas de limón
- I cucharada de zumo de limón
- 5 o 6 orejones, troceados finamente
- 300 grs de mayonesa
- 3 cucharadas de nata montada
- Sal y pimienta
Preparación
Hervimos el pollo en una cacerola con abundante agua junto con la cebolla, partida en dos, el ajo, la pimienta y la sal, a fuego lento, durante 30 minutos. Retiramos de la fuente de calor y dejamos infusionar, con la cacerola tapada, durante una hora.
Retiramos el pollo, lo dejamos templar y, con las manos, lo troceamos en hebras.
Mientras el pollo se enfría podemos ir preparando la salsa.
Calentamos el aceite en una sartén de base amplia y sofreímos la cebolla durante 4-5 minutos, a fuego medio-bajo. Añadimos el curry y removemos durante un par de minutos para evitar que se queme.
Transcurrido este tiempo, añadimos el concentrado de tomate, el vino, el agua y la hora de laurel.
Cuando la mezcla arranque a hervir, añadimos el azúcar, las rodajas y el zumo de limón y los orejones. Salpimentamos al gusto.
Bajamos el fuego y hervimos suavemente, sin cubrir la sartén, durante 10 minutos.
Trituramos la salsa con una batidora eléctrica y dejamos templar.
Para terminar la salsa, añadimos la mayonesa y la nata montada y removemos con suavidad hasta que se hayan integrado.
Añadimos el pollo y mezclamos bien.
Este pollo se sirve frío, con arroz blanco, hojas de lechuga o, incluso, en bocadillo. Nosotros lo hemos tomado templado y con almendras fileteadas y nos ha gustado igualmente.
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