Esta receta viene con un poco de retraso. La preparé hace cosa de dos meses y todavía la tenía pendiente de publicación. No es la única. En estos momentos tengo varias recetas que, poco a poco, irán viendo la luz aunque, por temporada, no correspondan. Pero no me voy a esperar al año que viene para publicarlas ¿no?
Tenía muchas ganas de preparar mi propio dulce de membrillo. Sabía que era fácil, muchos de vosotros habéis publicado vuestras recetas y he visto que hay muchas maneras de prepararlo. Todas muy sencillas y, seguramente, también deliciosas.
Yo he seguido la receta tal y como aparece en el recetario de tía Alia. Es posible que muchos de vosotros lo hagáis de igual forma y que coincidáis conmigo en que el resultado es excelente. Los que usáis otro método de elaboración…lo mismo os apetece variar la próxima vez que os pongáis a ello.
Necesitamos
- Membrillo
- Azúcar
Preparación
Colocamos los membrillos en una cacerola amplia y los cubrimos con agua. Llevamos a ebullición y los cocemos durante 30 minutos.
Retiramos de la fuente de calor, los escurrimos y esperamos a que se templen.
Pelamos los membrillos y, con ayuda de un cuchillo, sacamos la carne sin llegar demasiado cerca del corazón (esto es fácil de ver porque la carne se siente más dura cuanto más cerca está del corazón).
Pesamos los trozos de membrillo para calcular la cantidad de azúcar que necesitamos. Misma cantidad de azúcar que de membrillo.
Colocamos el membrillo y el azúcar en una cacerola y lo cocemos a fuego muy lento, removiendo de vez en cuando, durante 30 minutos.
Transcurrido este tiempo pasamos el membrillo a una bandeja y lo dejamos enfriar antes de meter en la nevera. Notaremos cómo espesa según se va enfriando.
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