Antes de entrar en la receta de hoy (sigo con las mermeladas) quiero daros las gracias por los mensajes que me habéis dejado deseándome un feliz viaje a Inglaterra. He pasado unos días estupendos, visitando familiares y haciendo un poco de turismo, y he desconectado de todo. Lo único un «poco peor» ha sido el tiempo que no nos ha traído más que lluvia, lluvia y más lluvia pero…¡qué se puede esperar de esas tierras!
Me he dado un paseo rápido por vuestros blogs para ver lo que habéis estado cociendo estos días. Pero sólo he tenido tiempo de eso, de entrar y salir rápidamente, aunque he podido ver que casi tod@s estáis de vuelta de las vacaciones y muy metid@s en faena.
Y yo no voy a ser menos. Aunque mi incorporación sea tardía…aquí estoy para quedarme 🙂
Como ya os dije en mi entrada sobre la mermelada de moras, las conservas son (o han sido) una de mis asignaturas pendientes. He querido hacerlas desde hace tiempo. Y ahora que me he lanzado, comenzando por el mundo de las mermeladas, no hay quien me pare.
La mermelada de ciruela nunca ha sido una de mis favoritas. Yo suelo decantarme más por las de cítricos y las de frutos rojos.
Las ciruelas, a pesar de gustarme muchísimo frescas, no me convencen en mermelada. O debería decir «no me convencía» porque, os aseguro y está mal que yo lo diga, que esta receta está exquisita. La combinación de ciruela y manzana es maravillosa, todo un descubrimiento. Aunque lo mejor es el sutil punto a canela que le aporta una simple rama al añadirla a la cocción.
A todos aquellos, que como yo tampoco sois especialmente amigos de la mermelada de ciruela, os animo a probar a hacerla. No os defraudará.
Necesitamos
- 1 kilo de ciruelas (yo usé la variedad verde)
- 1/2 kilo de manzanas,
- 750 grs de azúcar
- 1 limón
- 1 rama de canela
Preparación
Pelamos las ciruelas. Para ello las sumergimos en agua hirviendo durante 30 segundos, las escurrimos y comenzamos la tarea. Retiramos la semilla y las introducimos en una cacerola.
Pelamos y cortamos las manzanas en trozos no muy pequeños, retirando las semillas y el corazón. Las introducimos en la cacerola junto con las ciruelas.
Cocemos a fuego lento, tapado, durante 15 minutos, removiendo de vez en cuando. No se pegarán a la base de la cacerola porque sueltan su propio jugo.
Mientras tanto, rallamos la piel del limón y lo exprimimos.
Transcurridos los 15 minutos, retiramos la fruta del fuego y la trituramos en la batidora eléctrica. Añadimos el zumo y la ralladura del limón, la rama de canela y el azúcar.
Ponemos nuevamente al fuego y lo cocemos lentamente durante 35 minutos, removiendo de vez en cuando.
Llenamos los botes previamente esterilizados y los cerramos herméticamente. Colocamos los botes boca abajo hasta que se enfríe la la mermelada (yo los dejo así toda la noche).
Nota:
- Con estas cantidades se obtienen cinco tarros de mermelada (uno de ellos pequeño).
Deja una respuesta