El crumble es una mezcla de harina, mantequilla y azúcar con la que cubren trozos de fruta fresca y que, una vez horneado, adquiere una textura crujiente.
En Inglaterra es uno de los postres más tradicionales y populares que existen. No hay restaurante o pub que no lo incluya en su carta de postres. Se sirve caliente con una bola de helado de vainilla o con crema pastelera. Una auténtica delicia. Uno de los crumble más populares, y mi favorito, es el de ciruela (plum crumble). El contraste entre el dulce del crumble y la acidez de la fruta es «wonderful».
Es una buena manera de aprovechar esa fruta que ha pasado su punto óptimo para consumirla en crudo.
Os invito a probarlo, al menos a través de este post 🙂
Necesitamos
- 5 ciruelas maduras
- 2 cucharadas de azúcar moreno
- 3 cucharadas de maicena
- 3 cucharadas de agua
Para el crumble
- 250 grs de mantequilla fría cortada en trozos
- 100 grs de azúcar moreno
- 120 grs de harina de trigo
- 40 grs de almendras fileteadas (opcional)
Preparación
Encendemos el horno a 200 ºC, arriba y abajo.
Pelamos y cortamos las ciruelas en trozos grandes. Añadimos la maicena, el azúcar y el agua. Removemos bien y colocamos la mezcla en una fuente de horno cubriendo toda la superficie.
Preparamos el crumble colocando todos sus ingredientes en un recipiente hondo y mezclándolos con los dedos. Cuando hayamos conseguido una mezcla homogénea, cubrimos las ciruelas con ella y horneamos durante 25 minutos.
Dejamos que repose 5-10 minutos antes de servir (si aguantamos ¡claro!).
Enjoy 🙂
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