Tan castizo como la Cibeles, la Plaza Mayor o la Gran Vía. Uno no puede venir a Madrid y marcharse sin haberle hincado el diente a un bocadillo de calamares, sería un sacrilegio en toda la regla. Y es que este bocadillo que tan humilde parece es un auténtico placer de dioses, pero solo cuando está bien hecho. Lamentablemente hay lugares en los que el pan no se cuida, el rebozado es grueso y grasiento, el calamar chicloso y el resultado es bastante penoso.
No obstante hacer un buen bocadillo de calamares no tiene ninguna ciencia, tan solo hay que tener en cuenta una serie de cosas para convertirlo en algo sublime también. Estos son mis trucos:
1. Parto de una buena materia prima (con ello tengo media baza ganada)
2. Lavo y escurro bien los calamares, secándolos con papel absorbente (cuanto más secos estén más fino y crujiente quedará el rebozado)
3. Uso harina especial para fritura de pescado para el rebozado o, en su defecto, harina de garbanzos
4. Retiro el sobrante pasándolos por un colador justo antes de sumergir en abundante aceite bien caliente
5. Los frío en aceite de oliva virgen extra, sin escatimar cantidad ni calidad
6. Escurro el aceite de la fritura todo lo que puedo
7. Tuesto ligeramente el pan, me gusta calentito y crujiente
8. Froto suavemente el interior del pan con un diente de ajo y lo unto con una capa de mayonesa antes de rellenar
Dicho todo esto solo os queda animaros a preparar vuestras versiones caseras del castizo bocadillo de calamares. Es una solución fantástica para una cena rápida o para una comida informal de fin de semana. No os olvidéis de acompañarlo de una cerveza bien fresca y veréis cómo el paladar os transporta en el espacio, os sentiréis como si estuvierais en medio de la Plaza Mayor.
- 350 g de anillas de calamar
- Harina especial para fritura
- Aceite de oliva
- 2 panecillos para bocadillo
- 1 diente de ajo
- 20 g de mayonesa (opcional)
- ½ limón (opcional)
- Lavamos las anillas de calamar y las escurrimos bien, a conciencia. Secamos con papel absorbente para retirar el exceso de humedad (queremos que queden bien secos).
- Sazonamos las anillas de calamar y las pasamos por la harina especial para fritura, removiendo para que queden cubiertas por todos lados. Las pasamos a un colador y le damos unos golpecitos para retirar el exceso.
- Calentamos abundante aceite de oliva en una sartén pequeña y profunda. Freímos de poco en poco para que no se nos enfríe el aceite, que deberá estar a temperatura media-alta.
- Cuando las anillas de calamar estén doradas las retiramos con una espumadera y las dejamos escurrir antes de rellenar los panes con ellas.
- Si nos gusta el limón, podemos echar un chorrito por encima de los calamares. Y lo mismo con la mayonesa, que podemos usar para untar los panes.
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