Esta receta es la crónica de un despiste.
Mi intención era preparar cabello de ángel. De hecho eso es lo creí estar haciendo en todo momento hasta que me dí cuenta de que no había comprado el tipo de calabaza adecuado. Pero esto ocurrió demasiado tarde de modo que decidí completar la receta y comprobar su resultado. De ahí el dulce de calabaza y limón que hoy os traigo.
Ideal para untar en pan tostado, para combinar con queso fresco, para añadir una cucharada a las mermeladas caseras o a los bizcochos, para rellenar un hojaldre con jamón ibérico (como este de mi querida morena…una delicia) o para cualquier otra cosa que se te ocurra.
No conseguí mi cabello de ángel pero descubrí una nueva receta que está igual de rica…¡y es que los despistes no tienen porqué terminar siempre en fracaso!Necesitamos
- Calabaza
- Azúcar (mismo peso que de calabaza cocida)
- 100 ml de agua
- Ralladura de medio limón (sólo la parte amarilla de la cáscara)
Preparación
Pelamos la calabaza y retiramos las semillas. Troceamos la pulpa y la ponemos a hervir cubierta de agua en una cacerola hasta que esté bien cocida (aproximadamente 20 minutos).
Transcurrido este tiempo, escurrimos la calabaza y la dejamos templar. Apretamos cada trozo con las manos para que las hebras de la calabaza queden sueltas. Una vez hecho, colocamos la calabaza nuevamente en la cacerola a fuego medio-bajo durante 5 minutos. De esta manera perderá el líquido que le quede.
Pesamos la calabaza y, en un cuenco separado, ponemos la misma cantidad de azúcar. Cocemos este azúcar junto con el agua y la ralladura de limón. Cuando el azúcar se haya disuelto y se empiece a formar un almíbar, añadimos la calabaza. Cocemos a fuego bajo, removiendo de vez en cuando, durante 30 minutos o hasta que el cabello tenga la consistencia deseada.
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