Tarde de domingo. Suena el timbre de casa y se encuentra una con la visita sorpresa de sus padres quienes, tras pasar el fin de semana en su casa de campo y de regreso a los madriles, paran para tomar un café, charlar un ratito, ver a sus nietos y entregarnos una bolsa enorme llena hasta los bordes de moras.
Según se marchan las peso y compruebo que son dos kilos. Si. Dos kilos. Habéis leído bien. Dos kilos de moras cogidos ese fin de semana entre ambos. Con su hija en mente (la menda lerenda), a sabiendas del partidazo que les va a sacar.
Un amor ¿verdad?
Las moras abundan allá donde mis padres tienen su casa de campo por lo que, cada final de verano y comienzo de otoño, mientras dan sus paseos matutinos, se dedican a coger moras. Zarza va, zarza viene, mora acá y mora allá, van llenando sus cubos y, como quien no quiere la cosa, se encuentran con cantidades indecentes de moras que terminan repartiendo entre los hijos. Ni que decir tiene que quien se lleva la gran mayoría de ellas es una servidora por eso de lo mucho que le gusta cocinar y porque ellos saben que les voy a sacar buen partido.
Generalmente me lanzo a hacer mermelada como una posesa y este año no ha sido diferente. He preparado cantidades ingentes de mermelada pero, además de ello y con la intención de variar un poco, he estado elaborando varias «ricuras» con moras.
Mi intención es publicarlas en las próximas semanas para daros ideas de qué hacer con las vuestras, en caso de tener alguna en la nevera o el congelador, o por si tenéis pensado salir a cogerlas en los próximos días…¡que todavía quedan muchas!
Espero no saturaros con demasiada receta de mora 🙂
Mientras tanto…¿empezamos?
Necesitamos
- 420 grs de moras (reservamos unas poquitas para servir)
- 50 ml de zumo de manzana
- 4 huevos «L»
- 250 grs de azúcar blanquilla
- 1 cucharadita de esencia de vainilla
- 175 grs de harina de espelta
- 125 grs de almendra molida
- 2 cucharaditas de levadura química
- 1 pellizco de sal
- 125 grs de mantequilla, derretida
- 125 grs de yogur griego sin azucarar
Además
- Molde desmoldable de 24 cms de diámetro
- Papel vegetal para horno
- Papel de aluminio
Preparación
Pre-calentamos el horno a 180 ºC (arriba y abajo, horno tradicional).
Engrasamos la base y laterales del molde, ya sea con mantequilla o con aceite y cubrimos su base con papel vegetal para horno. Envolvemos el exterior del molde con papel de aluminio para evitar que la mezcla se salga al hornear.
Mezclamos las moras con el zumo de manzana y las colocamos dentro del molde extendiéndolas bien por toda la base. Dejamos macerar mientras preparamos la base del pastel.
Con ayuda de unas varillas eléctricas, batimos los huevos, el azúcar y la vainilla durante unos 8 minutos o hasta que blanqueen y doblen su volumen,
En un recipiente a parte, mezclamos los ingredientes secos: la harina, la almendra, la levadura y la sal.
Agregamos el yogur y la mantequilla derretida a la mezcla de los huevos y removemos hasta integrar.
Por último, incorporamos los ingredientes secos mezclamos para obtener una masa homogénea.
Vertemos la mezcla en el molde sobre la base de las moras y la introducimos en el horno, a media altura.
Horneamos durante 50-55 minutos o hasta que, al insertar un palo de brocheta, este salga seco.
Sacamos del horno y dejamos templar sobre una rejilla metálica antes de desmoldar.
Retiramos el anillo del molde, colocamos un plato invertido sobre la parte superior del pastel y le damos la vuelta de manera que las moras queden en la parte superior. Quitamos el papel vegetal y lo desechamos.
Dejamos enfriar por completo antes de servir.
Fuente: «Scandilicious baking» de Signe Johansen
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