Esta receta es un clásico en mi familia. Recuerdo comerla cuando era pequeña y me encantaba. Hacía mucho tiempo que no la hacía y se me ocurrió prepararla para concursar en el evento del mes de Mayo de Hecho en mi cocina, HEMC #54. Este mes el tema es «inspirados» y hay que cocinar un plato tomando como inspiración el cine, la literatura, el teatro, la música, la poesía, etc. Bonito ¿verdad?
Este receta está inspirada en la película mexicana «Tortilla Heaven» de Judy Hecth Dumontet que, tengo que admitir, no he visto pero tiene un argumento de lo más simpático. En un pequeñísmo pueblo de Nuevo México, ocurre algo inexplicable, una señal divina: el mismísimo Jesucristo se aparece nada menos que en una tortilla. El milagro gastronómico tiene consecuencias inimaginables para Falfurrias, un pueblo perdido donde nunca pasa nada. Eso es, hasta que un día…
El título me sirve para poner nombre a mi receta que, hasta ahora, habíamos llamado torre de tortillas porque eso es esta receta: varias tortillas colocadas una encima de otra. Sin embargo me gusta más Tortilla Heaven así que ¡me lo quedo!
Necesitamos
- 6 huevos
- 3 patatas medianas
- 1 cebolla grande
- 1 berenjena
- 200 grs de espinacas congeladas
- 250 ml de leche
- 1 cucharada rasa de harina
- Aceite de oliva
- Sal
- Queso rallado
Preparación
Pelamos las patatas y las cortamos en ruedas finas. Hacemos lo mismo con la berenjena.
Pelamos la cebolla y la troceamos no demasiado fina (un poco más gruesa que en juliana). Añadimos la mitad a la patata y la otra mitad a la berenjena.
En una sartén con aceite, freímos la patata con la mitad de la cebolla. A fuego lento para que se cocine sin quemar. Cuando esté hecha, la retiramos del fuego y la escurrimos. En un pequeño cuenco, batimos dos huevos y los mezclamos con la patata. Salamos al gusto.
En otra sartén con aceite, freímos la berenjena y la otra mitad de la cebolla. También a fuego lento para que se poche y no se nos queme. Esta sartén conviene taparla para que la berenjena sude y se cocine en el jugo que suelta, de lo contrario se secaría y se nos pegaría a la sartén. Una vez pochada, la retiramos del fuego y la escurrimos. Repetimos la operación anterior: batimos dos huevos en un cuenco pequeño, añadimos la berenjena y salamos al gusto.
En una cacerola pequeña con un poco de agua, colocamos las espinacas y las cocemos a fuego lento durante unos 20 minutos. Comprobamos el punto de agua de vez en cuando, añadiendo más si se nos evapora para que no se nos peguen al fondo de la cacerola y se quemen. Cuando se hayan cocido las espinacas, las añadimos a un cuenco con los dos huevos restantes que habremos batido previamente. Salamos al gusto.
Tendremos tres cuencos con los ingredientes de cada una de las tortillas. Ahora sólo tenemos que cuajarlas en una sartén pequeña. Yo utilizo la misma sartén para que me queden del mismo tamaño.
Una vez cuajadas las colocamos, una sobre otra, en una fuente con un poco de fondo para que la salsa no se desborde.
Montaje de la torre de tortillas |
Preparamos una salsa bechamel clarita con la que «regaremos» las tortillas.
En una sartén, calentamos un par de cucharadas de aceite y doramos la harina. Bajamos el fuego y añadimos la leche poco a poco sin dejar de remover para que no se formen grumos. Si no los podemos evitar, podemos pasar la salsa al vaso de la batidora eléctrica, la trituramos y la devolvemos a la sartén para que se termine de cocer durante unos 15 minutos.
Vertemos la bechamel sobre las tortillas, espolvoreamos con queso rallado y lo gratinamos durante 5 minutos o hasta que se haya dorado la superficie.
Aquí se ven bien las capas |
Y ya está, ahora sólo queda disfrutarla templada con una ensalada de brotes tiernos. Espero que os guste.
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