Hoy vengo cargada de recuerdos y más clásica imposible. Con unos emparedados de los de toda la vida. De pequeña me encantaba este rico bocado que nos solía preparar mi abuela. Cómo me gustaban, recién hechos, calentitos, con el queso derritiéndose y el pan jugoso por la leche. Mmmmmmmm yummie yummie.
Una delicia rápida, fácil, barata y de andar por casa. Se hacen en un pis pas y seguro que tenéis todos los ingredientes.
¿Os animáis a prepararlos para la cena?
Necesitamos (para 12-14 emparedados)
- Pan de barra del día anterior
- Jamón de York loncheado
- Queso loncheado (yo usé Cheddar)
- 125 ml de caldo de cocido
- 125 ml de leche
- 2 huevos
- Aceite para freír
Preparación
Cortamos el pan en rebanadas de 1 cm de grosor como máximo.
Cortamos el jamón y el queso en trozos del mismo tamaño que las rebanadas de pan y colocamos una loncha de cada entre dos rebanadas de pan (a modo de sandwich).
Ponemos los emparedados en una fuente amplia en la que nos quepan todos sin apilar y los regamos con la mezcla del caldo y la leche. Les damos la vuelta varias veces para que se empapen bien de la mezcla. Si fuera necesario, rociamos los emparedados con un poco más de leche de modo que queden bien jugosos.
- Los emparedados admiten todo tipo de rellenos así que, si no tienes estos ingredientes, seguro que encuentras algo en tu despensa con que hacerlos (atún y tomate, bacon, chorizo, sobrasada, etc).Es muy importante que el pan sea del día anterior para que no se nos deshaga al mojarlos en la mezcla de caldo y leche y los podamos manipular con facilidad.
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