La crema de calabaza debería de ser bautizada como «sabor a otoño» y es que creo que es imposible no asociarla a días de lluvia, hojas caídas, etc.
Un clásico en nuestras cocinas al que pretendo dar un toque exótico añadiendo, simplemente, una pizca de curry. El resultado conseguido con tan pocos ingredientes es delicioso y es que, a menudo, no necesitamos mucho para conseguir sabrosos platos. Os animo a que lo comprobéis por vosotros/as mismos/as.
Con esta receta quiero colaborar con Memorias de una cocinera, que este mes nos propone como tema las sopas. Pinchad en la imagen si queréis informaros sobre cómo participar.
Necesitamos
- 500 grs de calabaza (peso sin piel ni pipas)
- 2 cebollas
- 1 cucharada de aceite de oliva suave
- 1 o 2 cucharaditas de curry (cantidad al gusto)
- 400 ml de caldo de pollo (si es casero mejor)
- 1 tetra brik pequeño de preparado vegetal para cocinar (o nata líquida)
Preparación
Cortamos la cebolla en juliana. Calentamos el aceite en una sartén y salteamos la cebolla a fuego lento durante 5 minutos.
Mientras tanto, cortamos la calabaza en dados. La añadimos a la cebolla y dejamos que se poche durante otros cinco minutos antes de agregar el curry. Removemos bien para que la cebolla y la calabaza se impregnen del curry. Después de 1 minuto añadimos el caldo.
Dejamos hervir a fuego lento durante 20 minutos aproximadamente. Trituramos y salamos al gusto.
Si servimos la crema en cuencos individuales, añadimos un par de cucharadas del preparado vegetal o nata líquida en cada uno y adornamos con unos trocitos de bacon crujiente.
Si preferimos servir la crema en la mesa, entonces le añadimos el preparado vegetal o nata líquida mientras la calentamos en la cacerola vigilando que no llegue a hervir.
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