El pasado domingo Dani, nuestro monstruo de las galletas particular, nos proponía unirnos a él y otros blogueros a publicar HOY una receta de brownie.
Para una forofa del brownie como yo, faltar a esta cita era del todo inimaginable de modo que, aproveché que el miércoles era fiesta en Madrid para ponerme manos en la masa y dedos en la cámara.
El brownie es un pastel de chocolate pequeño típico de Estados Unidos. El nombre le viene dado por el color tan característico que le aporta la cantidad de chocolate que lleva: marrón oscuro o, lo que es lo mismo pero en inglés, «brown». No se sabe con exactitud cuándo ni cómo ni quién inventó esta receta aunque, se cree, que el brownie fue descubierto por casualidad (o más bien accidente) cuando un cocinero despistado olvidó añadir levadura al preparar un pastel de chocolate.
Hay muchas recetas de brownie diferentes. Mi receta preferida es la clásica, la de toda la vida, pero esa ya la tengo publicada así que en esta ocasión ha tocado innovar. De ahí que me haya lanzado a la aventura de preparar esta bomba calórica que hoy os traigo y que, el pasado miércoles, disfrutamos para merendar en compañía de amigos.
Por supuesto que los niños (y algún otro no tan niño), que no traducen lo que comen en calorías ni kilos, se pusieron las botas. Sin embargo, si eres de los/as que evitan los excesos entonces…no sigas leyendo o, de lo contrario, no podrás parar hasta tener un pedacito de esta delicia en tu boca.
¡¡¡ Avisados/as estáis !!!
Necesitamos (para un molde redondo de 26 cms)
- 100 grs de mantequilla
- 100 grs de chocolate sin leche (mínimo 70% de cacao)
- 100 grs de nueces
- 75 grs de harina de trigo
- 225 grs de azúcar moreno
- 50 grs de cacao en polvo
- 2 cucharaditas de polvo para hornear (tipo Royal)
- 3 huevos «M»
- 1 petit suisse natural
- 75 grs de queso fresco batido
- 1 cucharadita de extracto de vainilla
- 2 o 3 manzanas
Para servir
- cacao en polvo
- azúcar glas
Preparación
Comenzamos por preparar el molde en el que vamos a hornear nuestra tarta-brownie. Para ello, engrasamos su base y los bordes con mantequilla. A continuación lo enharinamos, retirando el exceso de harina (para lo que lo colocamos boca abajo sobre la pila y lo sacudimos ligeramente).
Ya tenemos listo el molde de modo que podemos pasar a preparar la tarta-brownie.
Cortamos la mantequilla en dados y la derretimos en el microondas, a golpes de 30 segundos para que no llegue a hervir y removiendo entre golpe y golpe. La dejamos templar.
Mientras tanto, picamos las nueces y el chocolate en trozos pequeños.
En un cuenco mezclamos la harina, el azúcar, el cacao en polvo y el polvo para hornear.
Con una batidora eléctrica, batimos los huevos hasta que adquieran una consistencia cremosa. Agregamos la mantequilla templada (no caliente ¡ojo! o se nos cuajará el huevo), el petit suisse, el queso batido y el extracto de vainilla.
A continuación añadimos la mezcla de la harina y removemos. Cuando tengamos una masa homogénea, agregamos las nueces y el chocolate. Removemos nuevamente hasta que todos los ingredientes estén completamente incorporados.
Pre-calentamos el horno a 175 ºC (arriba y abajo). Si vuestro horno tiene función turbo, recomiendo que la utilicéis en esta ocasión, calentándolo a 150 ºC.
Pelamos las manzanas, las cortamos en cuartos y retiramos las semillas. Cortamos cada cuarto en varias láminas (no demasiado finas).
Vertemos la masa en el molde, alisamos la superficie y la cubrimos con las láminas de manzana.
Para evitar que la manzana se hunda en exceso durante el horneado, pasamos cada lámina de manzana por un platito con harina, sólo por un lado, Retiramos el exceso de harina y colocamos la manzana sobre la masa, con la parte enharinada hacia abajo. La harina ofrecerá resistencia y evitará que la manzana se vaya al fondo de la tarta, aunque desaparecerá durante el horneado.
Colocamos el molde en la parte intermedia del horno y lo horneamos durante 45 minutos.
Transcurrido este tiempo, sacamos del horno y dejamos que se temple sobre una rejilla antes de desmoldar.
Espolvoreamos con cacao en polvo y azúcar glas antes de servir.
Para un disfrute total y absoluto, recomiendo acompañar de helado de vainilla y salsa de chocolate. Mmmmmm un pecado de lo más dulce y una tentación difícil de resistir 🙂
anyutascocina dice
Me encantó tu tarta y me gustaría probar la receta. Pero tengo alguna preguntilla. El petit suisse en casa no comemos y no me gustaría comprar un pack entero para que se ponga malo. ¿Se podría sustituir por alguna otra cosa? No sé, ¿un yogur griego? Digo por lo graso que es. Y el queso fresco batido es sin más, ¿el queso fresco que has batido tú?
Carmen dice
Hola! Gracias por tu visita y tu comentario. Te contesto a lo que preguntas, sobre el petit suisse, por supuesto que lo puedes cambiar por cualquier yogur, griego o no. Tan sólo ajusta la cantidad a la del vasito del petit suisse y listo. Con respecto al queso fresco batido, este producto existe como tal pero si no lo encuentras o quieres usar un queso crema batido a mano, estoy segura que no supondrá diferencia alguna.
Suerte con la elaboración y espero que os guste.
Carmen