Lemon curd o cuajada de limón. Como prefiráis llamarlo. De cualquier manera esta crema es una delicia. De una textura suave y un sabor ligeramente ácido, el lemon curd es uno de los dulces más populares del Reino Unido.
Recuerdo la primera vez que lo probé. Mmmmm, ¡madre mía lo que me gustó!
Me remonto al año 1991. Lo pasé estudiando inglés en Bradford, una pequeña ciudad situada en West Yorkshire al norte de Inglaterra. Aquel fue un año mágico, especial y muy entrañable. Un año de descubrimientos que cambió el rumbo que, por aquellos entonces, había tomado mi vida. Tanto que, aunque regresé a España, después de dos años (con muchas idas y venidas a Inglaterra intentando encontrar trabajo allí), terminé trasladándome definitivamente a Londres para quedarme siete añitos más.
Hacerse con un bote de lemon curd mientras vivía en Inglaterra era de lo más fácil. Por aquellas tierras hay muchas marcas que la comercializan y es tan popular como lo puede ser la mermelada de fresa en España así que, siempre que venía a Madrid a visitar a mi familia, traía algún bote. A mi madre le encanta y aquí no era fácil encontrarla. Y si la encontrabas era a un precio bastante elevado.
Hoy por hoy las cosas han cambiado y, aunque no es como la mermelada de fresa, se ve por muchos sitios.
A pesar de ello, durante tiempo he tenido el capricho de preparar mi propia lemon curd y hoy vengo a quitármela…¿os cuento cómo?
Necesitamos
- 6 limones
- 500 grs de azúcar glas
- 250 grs de mantequilla
- 6 huevos batidos
Preparación
Lavamos los limones, los rallamos y los exprimimos. Reservamos la ralladura y el zumo.
En una cacerola, a fuego lento, derretimos la mantequilla. Añadimos los huevos batidos y removemos.
Añadimos el azúcar glas, el zumo y la ralladura de los limones. Removemos hasta que todos los ingredientes se hayan integrado y obtengamos una mezcla espesa.
Rellenamos los tarros previamente hervidos (así como las tapas) durante 10 minutos. Inmediatamente los tapamos con fuerza y los colocamos boca abajo para que se forme el vacío hasta que se hayan enfriado (normalmente yo los tengo toda la noche).
Guardamos en un lugar oscuro y frío (yo los metí en la nevera) durante 30 días. Pasado este tiempo ya está lista para cosumir.
Una vez abiertos los botes, guardar en la nevera y consumir en el transcurso de una semana.
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