Whole Kitchen, en su propuesta salada para el mes de enero, nos invita a preparar un clásico de la cocina británica: Pie Británico.
Los que me leéis a menudo y ya me conocéis un poco sabréis de mis lazos con el Reino Unido y de mi cariño por el país, su cultura, su gente, etc. No podía ser de otra manera después de estar casada con un inglés (apodado güiri-marido), haber vivido a las afueras de Londres durante 8 años y contar con dos hijos nacidos por aquellas lejanas tierras en mi haber.
Por todo esto, mi participación en la propuesta salada de este mes era del todo implanteable. A mí me hizo una ilusión tremenda ver cual era la receta…y a mi guiri-marido (P a partir de ahora) ya ni os cuento.
Tiene gracia que, durante todos los años vividos en Inglaterra y a pesar de lo tradicionales que son los pies allí, yo sólo los comí en contadas ocasiones. P y yo trabajábamos para la misma empresa y comíamos en casa prácticamente todos los días. Los viernes teníamos como costumbre parar en un Fish and Chips que nos pillaba de paso y comprábamos el lunch. Yo solía darme un homenaje de fish and chips pero P, a menudo, optaba por su tradicional pie. Ah, qué recuerdos…
Los pie más tradicionales se suelen preparar a base de ternera y cerveza, pollo y champiñones, pollo y puerro o ternera y riñones. Aunque también hay multitud de rellenos a base de verduras que harían las delicias de muchos vegetarianos (y otros tantos que no lo son).
Yo he querido alejarme de las tradiciones innovando con el relleno y lo he preparado de cordero y morcilla ibérica. Una mezcla tan anglo-hispana como mi matrimonio, jejeje.
Espero que os guste 🙂
Necesitamos
- 1 cebolla (pelada y picada gruesamente)
- 1 cucharadita de hierbas provenzales
- 2 dientes de ajo (picados)
- 200 grs patatas (peladas y cortadas en dados)
- 200 grs zanahorias (peladas y cortadas en dados)
- 750 ml de caldo de cordero
- 750 grs de carne de cordero troceado
- 20 grs harina de trigo
- 250 grs morcilla ibérica
- 1 huevo batido
- Aceite de oliva suave
- Sal y pimienta
- 1 lámina de masa quebrada
Preparación
Calentamos un par de cucharadas de aceite de oliva en una cacerola de base amplia y freímos la cebolla, a fuego lento, hasta que se dore (unos 12-14 minutos). Añadimos el ajo, la mitad de las hierbas y removemos. Una vez dorado el ajo, añadimos el caldo y llevamos a ebullición. Bajamos el fuego y hervimos lentamente durante 15 minutos.
Pasamos el cordero por harina, retirando el exceso. Cubrimos la base de una sartén con aceite de oliva, calentamos, y doramos el cordero. Añadimos el cordero a la cacerola con el caldo y lo dejamos cocer, lentamente y tapado, durante 2 horas.
Transcurrido este tiempo, añadimos las zanahorias y las patatas. Salpimentamos y dejamos cocer 30 minutos más. Es importante que este estofado de cordero quede espeso. Si, en este momento, la salsa estuviera líquida, la tendríamos que reducir cociendo a fuego alto y sin tapar la cacerola hasta alcanzar el punto de espesor deseado.
Mientras tanto, retiramos la piel de la morcilla, la cortamos en tacos y la pasamos por una sartén con un poco de aceite hasta que esté hecha (2 o 3 minutos). Una vez lista, añadimos la morcilla a la cacerola y la retiramos del fuego.
Repartimos el relleno de cordero y morcilla en 4 platos de horno individuales.
Cubrimos con la masa quebrada de la manera que más nos guste (tradicionalmente se cubre la totalidad del plato con una sola pieza).
Untamos la masa con el huevo batido y horneamos a 200 ºC (pre-calentado, arriba y abajo) durante 20-25 minutos, o hasta que veamos que la superficie está dorada.
Servimos con una ensalada de hojas verdes que contraste con la contundencia del pie.
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