Posiblemente una de las recetas británicas más conocidas en nuestro país.
El Scotch egg, en castellano: huevo a la escocesa, consiste en un huevo duro sin cáscara que se recubre de carne de salchicha, empanado y frito. Generalmente, los huevos a la escocesa se consumen fríos y acompañados de una ensalada y mostaza o mayonesa. Son los protagonistas indiscutibles del tradicional picnic británico.
Los orígenes de este plato no están claros.
Unos creen que fue la conocida tienda londinense Fortnum & Mason la que inventó la receta en el año 1738 y que nació para dar respuesta a la necesidad de la gente adinerada de llevar comida que pudiera ser fácilmente consumida durante sus viajes. Los huevos, en aquellos tiempos, habrían sido de menor tamaño y se habrían recubierto de carne de caza. Con el tiempo, los huevos escoceses pasarían a las clases más bajas y la receta se adaptaría a sus bolsillos al utilizar carnes más baratas.
Para otros el origen de los huevos escoceses está en la evolución del Nargisi Kofta, una receta india en la que también se combinan el huevo duro y la carne picada.
Por ultimo, hay una tercera teoría que defiende que los huevos escoceses son una variante del Cornish pastry de las regiones del norte de Gran Bretaña y que la receta se concibió como un almuerzo que las clases bajas y poco pudientes pudieran consumir en sus traslados.
Curiosamente lo único que si está claro es que no es una receta originaria de Escocia, contrario a lo que su nombre pueda hacernos pensar.
La verdad es que, sea cual sea su origen, este plato es delicioso. Desde aquí os animo a todos a probarlo. La receta tradicional se prepara con huevos de gallina pero yo he optado por usar huevos de codorniz siguiendo la receta del libro Jamie’s Great Britain, de Jamie Oliver.
Necesitamos (para 9 unidades)
- 9 huevos de codorniz
- 1 bandeja de salchichas, sin piel
- 1/2 cucharadita de pimentón dulce
- 1/2 cucharadita de hierbas provenzales
- 1/4 cucharadita de nuez moscada
- Sal
- Pimienta
- Harina
- 1 huevo batido
- Pan rallado
- Aceite de oliva suave en abundancia
Preparación
Llenamos con agua una cacerola pequeña y la llevamos a ebullición. Introducimos los huevos de codorniz y los hervimos durante 4 minutos.
Trasladamos la cacerola a la pila, la colocamos bajo un chorrito de agua fría durante 3 minutos para cortar la cocción de los huevos y que se enfríen rápidamente. Una vez fríos los pelamos con cuidado, golpeando la cáscara al tiempo que giramos el huevo para agrietar toda la superficie.
Mezclamos la carne de las salchichas con el pimentón, las hierbas y la nuez moscada. Salpimentamos y removemos bien.
Tomamos pequeñas cantidades de la mezcla de carne y la extendemos sobre la palma de la mano. Colocamos un huevo en el centro y cerramos con los dedos. Procuramos que la carne cubra toda la superficie del huevo mientras le damos forma redondeada.
Rebozamos los huevos pasándolos por harina, huevo y pan rallado.
En una cacerola pequeña y profunda calentamos abundante aceite (suficiente para cubrir los huevos). Freímos los huevos, uno a uno, a fuego medio para asegurarnos que la carne no queda cruda. Una vez dorados los retiramos del aceite y los dejamos escurrir sobre papel de cocina absorbente.
Si tenéis freidora, freir los huevos en aceite a 180 ºC.
Servimos templados y acompañados de un pegotito de mostaza, una ensalada de hojas verdes, tomates o lo que más nos guste.
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