La cúrcuma, también denominada «azafrán de La India» o «palillo», se extrae de la raíz de la planta del mismo nombre. Desde hace siglos se utiliza para diversas aplicaciones pero por lo que más se la conoce es por ser una de las especias que componen el curry, la que le confiere el intenso color amarillo anaranjado.
Además de aportar sabor y color a nuestras recetas, la cúrcuma es muy beneficiosa para nuestra salud ya que posee muchísimas propiedades medicinales: antitumorales, antioxidantes, antiinflamatorias, como coadyuvante en inmunodeficiencias, entre otras.
Es conveniente no abusar de ella en la elaboración de nuestros platos ya que aporta un sabor dulzón pero, a su vez, ligeramente amargo y picante. Y no queremos acabar con nuestro plato en la basura sino ayudarlo a mejorar ¿verdad?
Como con muchas cosas en esta vida, usada con moderación es impresionante.
Parece mentira cómo una pequeña cantidad de especias puede afectar tanto al resultado de una receta.
En el caso de esta crema (o puré de zanahorias como siempre lo hemos llamado, gran clásico en mi cocina, en la de mi madre, en la de mi abuela, tías, etc) su tradicional sabor se ha visto potenciado por el toque de esta especia.
No ha hecho falta más.
La cúrcuma se puede usar para aderezar arroces, pescados, carnes, etc…incluso, según he leído en la red, postres.
Hoy os cuento cómo la he combinado con verduras pero ya estoy dando vueltas a mi cabecita sobre qué otros usos darle, sobre todo en dulces.
¡A ver qué se me ocurre y si salen platos dignos de publicar!
De ser el caso, ya los veréis 🙂
Necesitamos (para 4 personas)
- 2 cucharadas de aceite de oliva suave
- 1 cebolla groseramente picada
- 1 cucharadita rasa de cúrcuma
- 4 zanahorias peladas y troceadas
- 1/2 calabacín pelado y troceado
- 750 ml de caldo de verduras (depende del espesor que le queráis dar)
Preparación
Calentamos el aceite en una cacerola y sofreímos la cebolla, a fuego medio, durante 5-10 minutos o hasta que empiece a dorarse.
Añadimos la cúrcuma y removemos.
A continuación, agregamos la zanahoria y el calabacín y salteamos un par de minutos.
Por último, agregamos el caldo y llevamos a ebullición. Cuando alcance el punto de hervor, bajamos la temperatura y cocemos, con la cacerola tapada, durante 20 minutos o hasta que la zanahoria esté hecha.
Comprobamos el punto de sal y trituramos con una batidora o pasamos por el chino.
Ajustamos el espesor de la crema añadiendo agua poco a poco si nos gusta más líquida.
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