Lo se, lo se. Con esta ya van tres recetas dulces seguidas.
Soy perfectamente consciente de ello y no tengo justificación alguna más que el hecho de no tener ningún plato salado que publicar y si muchas entradas dulces en borradores que se han ido acumulando a lo largo de los últimos meses.
Mi propósito es publicar una receta dulce después de dos saladas pero esta semana me salto mi auto-norma con toda la desvergüenza del mundo.
Para los amantes del salado, prometo compensar los excesos de azúcar de estos días en cuanto pueda.
Mientras tanto, y sin más preámbulo, vamos a pasar a lo que realmente interesa: la historia del postres tres leches que terminó convertido en trifle.
Todo empezó un 27 de noviembre de 2012 cuando un grupo de bloggers nos reunimos en Madrid para comer lo que cada uno de los asistentes preparara. Teresa, de Las recetas de Tere, apareció con dos platos, uno de ellos el postre tres leches.
Deseosa de probar este dulce del que había oído muchas bondades me serví una porción sin apetito alguno pero con mucha gana y rebosante de gula. El momento en que la primera cucharadita del tres leches entró en contacto con mis papilas gustativas es algo de lo que me acordaré durante mucho tiempo ya que me llevó directa al paraíso. No le haría justicia si dijera que me resultó un postre delicioso, me quedaría corta si os contara que me gustó mucho. Y es que este postre me pareció lo que vulgarmente diríamos «una pasada», de lo más impresionante que he comido jamás.
Teresa compartió su receta con todos nosotros publicándola en su blog poco después de aquella comida ya que, por lo que pude observar, no fui la única que sucumbió a los encantos del «tres leches».
La ocasión de prepararlo se presentó a mediados de enero cuando, a una cena de amigos, me tocó llevar el postre (cosa rara…jajaja). En mi caso, la presentación tomó forma de trilfe.
Por mi cumpleaños Yolanda me había regalado una fuente para trifle (que veis en las fotos) y, sabiendo que andaba con ganas de estrenarla y que me había impresionado profundamente el «tres leches», me envió este enlace que guardé como oro en paño esperando la ocasión perfecta.
A la hora de elaborar el trifle tres leches seguí las indicaciones de Teresa pero con algún que otro cambio. Utilicé leche de coco en lugar de nata líquida, amaretto en lugar de ron, le añadí una capa de crema pastelera para asemejarlo al trifle o, al menos, al trifle que prepara mi guiri-familia, etc…y esta es la preciosidad que salió de mi cocina aquel día.
Os puedo decir que le llovieron piropos y que impresionó a todos los que lo probaron. Palabrita 🙂
Necesitamos
Para el bizcocho
- 6 huevos (yemas y claras separadas)
- 6 cucharadas de harina de trigo
- 6 cucharadas de azúcar blanquilla
- 2 cucharaditas de levadura tipo Royal
- 1 cucharadita de esencia de vainilla
Para la mezcla de tres leches
- 1 lata de leche condensada (397 grs)
- 1 lata de leche evaporada (410 grs)
- Leche de coco (igual medida de la lata de leche condensada)
- 3 cucharadas de amaretto
Para la crema pastelera
- 5 yemas de huevo
- 400 ml de nata líquida, leche ideal o similar
- 1/2 limón, su ralladura
- 1 1/2 cucharada de harina de trigo
- 125 grs de azúcar blanquilla
Para la cobertura
- 3 claras de huevo
- Una pizca de sal
- 1/4 cucharadita de cremor tártaro
- 1 cucharadita de esencia de vainilla
- 6 cucharadas de azúcar glas
Preparación
Comenzamos preparando el bizcocho que servirá de base a nuestro trifle.
Pre-calentamos el horno a 200 ºC (arriba y abajo, horno tradicional).
Con ayuda de una batidora eléctrica, montamos las claras a punto de nieve. Añadimos poco a poco el azúcar y las yemas, mezclando con movimientos envolventes con cuidado de que no se bajen las claras. Por último, bajando la velocidad de la batidora, agregamos la levadura, la harina y la vainilla. Vertemos la mezcla en un molde para horno previamente engrasado y enharinado del mismo diámetro que la base de nuestra fuente para trifle. Horneamos durante 15-20 minutos o hasta que al pinchar con un cuchillo o palillo este salga seco. Una vez listo lo sacamos del horno y dejamos que se enfríe sobre una rejilla. Cuando el bizcocho esté frío lo trasladamos a la fuente para trifle y lo pinchamos con un cuchillo por toda la superficie.
A continuación mezclamos las tres leches y el amaretto.
Vertemos la mezcla sobre el bizcocho esparciéndola bien para que se empape por igual por todos sus lados. Lo hacemos en dos o tres veces esperando que el bizcocho absorba las leches antes de añadir más.
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