¡Hoolaaaa! ¿Hay alguien ahí?
Por lo que he ido viendo estos últimos días muchos son los carteles de «cerrado por vacaciones» colgados en las portadas de vuestros blogs así que me da que estoy sola, o poco acompañada, en la gran blogosfera.
Como expliqué en mi entrada anterior, mi intención este verano era la de descansar a partir de julio pero por unas cosas o por otras me he ido liando a mi misma y retrasando la fecha de cierre del blog. Tanto que ya nos hemos plantado en agosto y yo sigo por aquí, dando salida a mis recetas de temporada.
Y eso es lo que traigo hoy, una receta que hay que hay que compartir ya o esperar al año que viene, cosa que no me apetece nada. Es tan fácil y tan socorrida que seguro os hace caer en sus redes.
Nada me parece más apetecible para cenar en verano que una ensalada de brotes verdes, unos quesos y patés, un cestillo de panes y unos chutneys para acompañar. Y es que el chutney, con ese sabor agridulce especiado tan potente que posee, es el acompañamiento perfecto de este tipo de alimentos.
Hoy os cuento cómo elaborar el de cerezas del Jerte, pero en breve regresaré con otro de mango que está para comerlo a cucharadas del bote 🙂
Necesitamos
- 2 cucharadas de aceite de oliva suave
- 1/2 cebolla grande, pelada y picada finamente
- 550 grs de cerezas de Jerte, lavadas y deshuesadas
- 200 ml de vinagre de vino blanco
- 100 ml de vinagre balsámico
- 225 grs de azúcar blanquilla
- 125 grs de uvas pasas
- 1/2 cucharadita de canela en polvo
- 1/4 de cucharadita de nuez moscada y jengibre molido (en total)
- 3 clavos de olor
- 15 granos de pimienta negra
- 6 granos de pimienta rosa
- Sal
Preparación
Calentamos el aceite de oliva en una cacerola y agregamos la cebolla. Salamos y dejamos pochar a fuego suave durante cinco minutos, removiendo con frecuencia.
Añadimos el resto de los ingredientes, removemos y dejamos cocer a fuego medio-bajo durante 40 minutos y con la cazuela tapada. Removemos de vez en cuando.
Transcurrido este tiempo, retiramos la tapa y dejamos cocer durante 20 minutos más (aproximadamente). Es importante remover con frecuencia ya que los jugos se irán evaporando y no queremos que se nos pegue el preparado a la base de la cacerola.
Una vez que la mezcla haya espesado y la textura se asemeje a la de una mermelada, retiramos del fuego y dejamos reposar. Hay que tener en cuenta que el espesor aumentará según se vaya enfriando.
Repartimos el chutney en tarros y los guardamos en la nevera. No hace falta envasar al vacío ya que el elevado contenido de azúcar y el vinagre ayudarán a su conservación y durará meses sin estropearse…eso si no cae antes 🙂
Fuente de inspiración: receta modificada del blog Los cerezos en flor
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