Día 11 del mes y aquí llego para cumplir con mi compromiso para con Cocido de sopa de publicar una receta de pasta.
Esta vez le ha llegado el turno a los orecchiette, una pasta de pequeño tamaño originaria de Apulia cuya forma recuerda a la de una oreja (de ahí su nombre ya que orecchiette en italiano significa «orejitas»). Cada orecchietta tiene unos 2 cm de tamaño, el aspecto de una pequeña cúpula blanca más fina por el centro que los bordes, y una superficie rugosa.
De entre las muchas salsas con las que se puede acompañar un plato de orecchiette, la más típica está cocinada con una base de grelos y, según lo que he podido averiguar, el libro de recetas italiano clásico «Il cucchiaio d’argento» sugiere que las orecchiette son ideales para las salsas de verdura.
Basándome en esa sugerencia, cociné yo mi salsa allá por principios de agosto, pocos días antes de irme de vacaciones, tirando de lo poco disponible que había en mi nevera y despensa cuando una anda en plena operación «vaciado de nevera» o «comamos lo que queda» o «no se hace más compra» o como la queramos llamar. Y ya se sabe que las neveras, en esas fechas, hacen eco de lo vacías que están. Bueno, pues con eso y con todo, el experimento salió rico, curioso también por eso del sabor cítrico combinado con pasta…pero rico.
Os cuento cómo lo hice.
Necesitamos (para 4 personas)
- 225 grs de hojas de acelga congeladas
- 2 cucharadas de aceite de oliva suave
- 1 cebolla, finamente picada
- 100 ml de vino blanco
- 100 ml de caldo de pollo
- 2-4 cucharadas de zumo de limón (cantidad al gusto)
- 200 ml de leche evaporada
- 250 grs de orecchiette
- Ralladura de limón, para servir
Preparación
Hervimos las acelgas a fuego lento en una cacerola con tapadera durante unos 20 minutos aproximadamente. Lo suficiente para que se descongelen y se cuezan un ratito. Picamos las acelgas con unas tijeras y las reservamos.
Pochamos la cebolla en el aceite, a fuego lento, hasta que se vuelva transparente y sin esperar a que comience a dorarse. Agregamos el vino y dejamos hervir a fuego fuerte hasta que se evapore.
A continuación añadimos las acelgas, removemos para que se mezclen bien y las regamos con el caldo de pollo y el zumo de limón. Salpimentamos al gusto y cocemos durante 10 minutos a fuego suave, contando desde el momento en que empiezan a hervir.
Por último añadimos la leche evaporada y terminamos la salsa dejando que esta se incorpore al resto de ingredientes durante, aproximadamente, otros 10 minutos. Ajustamos el punto de espesor de la salsa a nuestro gusto dejando que hierva más o menos tiempo del indicado.
Hervimos los orecchiette en una cacerola con abundante agua salada siguiendo las indicaciones del fabricante (entre 12 y 15 minutos).
A la hora de servir, los he presentado en vasitos de vino y a capas: una base de salsa en el fondo, sobre esta unos orecchiette salseados y, por último, unos orecchiette sin salsa espolvoreados de ralladura de limón. Pero, si tenemos prisa, podemos mezclarlos con la salsa y servirlos con la ralladura de limón por encima.
De cualquier manera estarán ricos y sorprenderán por ese toque cítrico tan poco habitual en platos de pasta.
Si queréis ver el plato de pasta que ha preparado Yolanda, pinchad aquí. Yo no me lo pierdo 🙂
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