Encontrar una forma de poner pescado sobre la mesa y no escuchar ni una sola protesta es una de las máximas que me mueven en la cocina a la hora de elaborar mis menús semanales. Afortunadamente esta es una de ellas y, desde que descubrí que no sólo no hay quejas sino que todo son halagos cuando lo preparo, este arroz negro con chipirones se ha convertido en un habitual.
Cierto es que mis hijos se van haciendo mayores y que sus gustos cambian al mismo ritmo que el largo de sus pantalones. Con la edad se aventuran a probar platos que jamás habría imaginado en sus bocas hace dos, tres o cuatro años. Y eso me gusta. ¿Qué digo gusta?. ¡Eso me encanta!. Y también me hace muy feliz porque creo que saber apreciar la gastronomía es importante y enriquecedor. Estoy segura que no estoy sola en este sentimiento, ¿verdad?
Si sois de los míos os aconsejo que no tiréis la toalla antes los «no me gusta», «¿otra vez pescado?», etc. Por el contrario, os recomiendo que seáis persistentes pero que probéis a cambiar vuestras elaboraciones habituales porque en algún lado hay una receta clave que tocará la fibra sensible de nuestros queridos «protestones» que les desarmará y hará que comiencen a abrir sus horizontes.
Necesitamos (para 4 personas)
- 400 grs de chipirones
- Aceite de oliva suave
- 500 ml de fumet
- 2 sobrecitos de tinta de calamar
- 2 dientes de ajo, en brunoise
- 150 grs de cebolla, en bruniose
- 150 grs de tomate natural, rallado
- 200 grs de arroz
Preparación
Limpiamos los chipirones separando las cabezas de los cuerpos. Retiramos la pluma, la piel que los cubre, les damos la vuelta y los pasamos por un chorro de agua fría para retirar cualquier resto de tripas que pudieran tener. Escurrimos.
Calentamos una cucharada de aceite de oliva en una sartén y marcamos los chipirones. Vuelta y vuelta solamente. Retiramos del fuego y reservamos.
Cortamos las cabezas justo por encima de los ojos para quedarnos con los tentáculos. Retiramos las bocas, esas pequeñas bolitas negras situadas en la base de los tentáculos. Ejerciendo presión sobre ellas saldrán muy facilmente.
Lavamos los tentáculos, los secamos y los picamos finamente. Reservamos.
Diluimos la tinta de calamar en el fumet. Reservamos.
Calentamos un poco de aceite en una paella y pochamos el ajo y la cebolla a fuego muy suave, procurando que no se doren (de lo contrario adquirirán un sabor amargo y nos estropearán el arroz).
Subimos la potencia del fuego y agregamos el tomate rallado. Rehogamos durante un par de minutos o hasta que el agua del tomate se haya consumido.
Agregamos los tentáculos picados de los chipirones y removemos.
A continuación incorporamos el arroz, rehogamos un par de minutos removiendo sin parar.
Agregamos el fumet, sazonamos y subimos la potencia del fuego al máximo. Removemos para distribuir el arroz por toda la superficie de la paella y colocamos los chipirones sobre el. Dejamos hervir a alta potencia durante 3 minutos.
Por último bajamos la potencia del fuego a bajo y dejamos cocer durante 14-15 minutos más o hasta que veamos que no queda líquido y que el arroz está al dente.
Dejamos reposar 5 minutos antes de servir.
aranzazu sanchez dice
mmm que plato de arroz negro tan sabroso y delicioso. me encanta! me comería un plato de estos grandecito para comer jejej
un besoo
http://elbauldelasdelicias.blogspot.com.es/
Patricia Valdivielso dice
Un plato riquísimo! tiene una pinta estupenda y creo que me llega hasta aquí el aroma ummmm! bss
Lídia dice
ayer me comí yo uno en casa de unos amigos, pero con sepia, delicioso
Ana dice
Me encanta este arroz, voy a probar a hacerlo pero ya, uff que hambre y ya he cenado jeje
Besos
Mavi Blasco dice
Este arroz es delicioso, me encanta!!! Y a mi familia también, cuando lo hago no queda ni un grano. Lo único diferente contigo es que en vez de cebolla yo le pongo ajitos tiernos, le queda muy bien. Te ha quedado con un color y un aspecto estupendo.
Un bst.