En noviembre de 2016 tuve la suerte de visitar Jerusalem, un lugar fascinante que me cautivó por su mezcla de culturas, el espíritu de sus gentes, la carga histórica y, por supuesto, su gastronomía. Siempre he dicho que en una vida anterior, debí nacer en algún país de Oriente Medio en otra vida porque su cocina me fascina. Es sencilla, auténtica, sana, respetuosa, equilibrada, aromática y absolutamente deliciosa. Su repostería está llena de dulces elaborados con todo tipo de frutos secos, miel, masas delicadas y esencias florares. Una de sus creaciones más bonitas son las galletas maaamoul que, desde que vi por primera en el blog de mi tocaya, he soñado con poder preparar.
Las maamoul son unas galletas tradicionales de los países de Oriente Medio y el Golfo Pérsico. Se elaboran partiendo de una sencilla masa de mantequilla, harina o semolina, agua de azahar y un poco de azúcar que se rellena de dátiles, higos, pasas, orejones y otros frutos secos, al gusto. Lo más característico de las galletas maamoul es su forma espectacular, que se consigue con unos moldes de madera con forma de cuchara con un hueco tallado en el centro. En ellos se deposita un poco de masa, que se extiende por la base y paredes, después un poco de relleno y, por último, más masa con la que cerrar la galleta.
Ni que decir tiene, y por eso (entre otras cosas) os hablaba de mi visita a Jerusalem, que tuve la suerte de poder comprar un par de estos moldes en el zoco de la ciudad vieja. En España no se encuentran (al menos yo no los he visto jamás), aunque tampoco son imprescindibles a la hora de preparar las maamoul. Se pueden hacer manualmente usando la palma de nuestra mano para formar un cestillo de masa, rellenar y cerrar. Incluso podemos hacer dibujos pellizcando la masa con los dedos, usando herramientas de decoración de galletas, el mango de un cubierto, etc.
Este dulce se consume durante todo el año, muy especialmente durante las festividades religiosas. Los musulmanes las consumen en la época del Ramadán y durante la Pascua, los judíos y egipcios acostumbran a disfrutarlas en las festividades de Purim, Ros Hashanah y Hanukkah. Carmen nos cuenta que, según el país, el tipo de relleno que llevan tiene un significado que lo hace más adecuado para una fiesta u otra. En su receta me he basado para preparar mis galletas maamoul, variando únicamente el relleno y adaptándolo a mis gustos y los de mi familia.
Las galletas maamoul tienen un sabor muy delicado. El agua de azahar, la naranja y el limón le dan un toque de sabor que recuerda a algunos de nuestros dulces navideños como el roscón de Reyes. Son perfectas para acompañar una taza de té o cualquier otra bebida caliente y, como sacian bastante, con una basta y sobra para calmar el gusanillo del hambre o del dulce. Son un dulce laborioso y que requiere su tiempo, pero bien merecedor de ello. Una vez metidos en faena merece la pena hacer una buena cantidad de ellas. Aguantan perfectas entre 8 y 10 días si las guardamos en un recipiente hermético y alejadas de la humedad así que ¿por qué no?
- 240 g de mantequilla sin sal a temperatura ambiente (para la masa)
- 80 g de azúcar blanco (para la masa)
- 5 gotas de agua de azahar (para la masa)
- 15 ml de leche
- 380 g de harina de trigo (para la masa)
- 150 g de dátiles sin hueso (para el relleno)
- 100 g de nueces (para el relleno)
- 30 ml de agua (para el relleno)
- 30 ml de zumo de naranja (para el relleno)
- 30 g de azúcar (para el relleno)
- 5 g de mantequilla (para el relleno)
- 5 gotas de agua de azahar (para el relleno)
- ½ cucharadita de canela molida (para el relleno)
- La ralladura de una naranja
- Azúcar glas para espolvorear
- Comenzamos por LA MASA y, para ello, batimos la mantequilla en un recipiente hondo y amplio con ayuda de unas varillas eléctricas durante 5 minutos. Añadimos el azúcar y el agua de azahar y batimos 2 minutos más.
- A continuación agregamos la leche e incorporamos la harina, poco a poco, al tiempo que batimos. Cuando no podamos continuar con la batidora, porque la masa se haya vuelto demasiado consistente, pasamos la masa a la encimera y amasamos a mano mientras añadimos el resto de la masa. Si usamos un robot de cocina esto no será necesario y podremos completar el proceso con la máquina.
- Obtendremos una masa suave, ni pegajosa ni seca. Comprobamos el punto tomando una muestra de la masa y boleando. Si se queda pegada a las manos, añadimos un poco más de harina. Si se resquebraja, añadimos un poco más de leche.
- Envolvemos la masa en papel film y la dejamos reposar en la nevera durante media hora.
- Preparamos EL RELLENO y comenzamos picando finamente los dátiles y las nueces. Calentamos el agua, el zumo de naranja y el azúcar en un cazo. Cuando comience a hervir añadimos el dátil y la nuez picadas y removemos. Bajamos el fuego y cocemos 5 minutos.
- Retiramos del fuego y agregamos la mantequilla, el agua de azahar, la canela molida y la ralladura de naranja. Dejamos enfriar antes de usar para rellenar la masa.
- Para EL MONTAJE tomamos porciones de 25 g de masa, para el molde pequeño redondo, y 35 g para el molde grande ovalado, y boleamos. Las cubrimos con un trapo húmedo para que no se sequen al contacto con el aire.
- Para asegurarnos que todas las galletas salen con la forma perfecta espolvoreamos la cavidad del molde con harina cada vez que formemos una maamoul.
- Tomamos una bola y la colocamos en la cavidad del molde, apretamos y distribuimos la masa por la base y laterales, dejando que sobresalga algo de masa (que servirá para cubrir más tarde el relleno). Procuramos dejar el mismo grosor en toda la superficie.
- Rellenamos con una cucharadita de la pasta de dátil y nuez y doblamos la masa sobrante hacia el interior. Si nos quedara algún agujero, parcheamos con un poco más de masa.
- Con mucha suavidad presionamos la masa contra el molde, así se marca bien el dibujo, y retiramos el exceso de masa en caso de haberlo.
- Desmoldamos la galleta volteando el molde y dando un par de golpes secos, pero suaves, sobre la encimera. La colocamos sobre una bandeja de horno cubierta con papel sulfurizado. La masa es muy delicada así que tendremos que ser delicados si no queremos estropear el dibujo.
- Repetimos el proceso con el resto de galletas hasta terminar la masa.
- Introducimos las galletas en la nevera durante media hora, esto ayudará a que mantengan mejor su forma durante el horneado.
- Cocemos en el horno, pre calenntado a 175 ºC con calor arriba y abajo, durante 12 minutos o hasta que la base se empiece a dorar ligeramente y la superficie se mantenga blanca.
- Retiramos del horno y dejamos enfriar antes de manipular, pues son muy delicadas cuando están caliente.
- Una vez frías las espolvoreamos con azúcar glas y las retiramos de la bandeja de horno para degustar.
Bea, Sweet Cookies dice
Solo dos moldes?? Yo me hubiera traído el puesto entero, hace unos meses conseguí yo un molde (de plástico) para poder hacer las maamoul a través de Amazon porque no veas el tiempo q llevo detrás del molde. Deliciosas y delicadas, disfrútalas con un rico té ah y si vas otra vez por Jerusalén o algún país de Oriente acuérdate de mí y tráeme uno o dos moldes ☺️
Carmen dice
Jajajaja pues ya ves, Bea, solo me traje dos moldes. La verdad es que son difíciles de encontrar y ni en Amazon los he visto, así que lo que me cuentas me sorprende (gratamente). Si algún día vuelvo, ojalá, me acordaré de ti. No lo dudes!
Bss
Carmen dice
hola, la familia de mi marido es de Jordania e Israel y allí siempre utilizan semolina en la receta, mi suegra ha hecho mamoul toda la vida y dice que la auténtica receta va con semolina, así que me ha parecido extraña tu receta al no llevarla… y…. si, podéis comprar moldes de mamoul por Amazon, que yo los he comprado por 2 libras preciosos… de todas formas, muchas gracias.
Carmen dice
Gracias por tus aportaciones, la próxima vez que las haga probaré a incorporar semolina. Y sobre los moldes, a Amazon que me voy ya mismo para buscarlos más concienzudamente !!!!
Maria dice
Hola Carmen, llevo tiempo con tu receta guardada a la espera de hacerla y por fin me animo ahora que me han regalado un molde de esos en madera. No sé si debe llevar un tratamiento previo antes de usarlo. ¿Me podrías ayudar? Muchas gracias!
Carmen dice
Hola María, acabo de volver de las vacaciones y por fin puedo contestar. Yo no hice tratamiento alguno a mis moldes, que son de madera. Es que ni me lo planteé. Y sobreviví a la experiencia jajaja. Así que supongo que no es necesario.
Espero que te gusten tanto como nos gustaron a nosotros.
Saludos!
Carmen