Cómo hacer bizcochos de soletilla. Los bizcochos de soletilla y el chocolate a la taza son como las uvas al queso, un matromonio muy bien avenido. La mayoría de mortales no concebimos el uno sin el otro. Nuestras infancias están repletas de meriendas en las que ambos fueron protagonistas y, claro está, eso marca de por vida. En mi caso siempre fueron bizcochos de soletilla industriales, algo que nada tienen que ver con estas preciosidades que protagonizan el post de hoy. De masa ligera, suaves y (casi) fundentes en el paladar. Tremendamente sencillos de hacer y bien rápidos. En 15 minutos están listos. Si, has leído bien.
Indice
Sobre los bizcochos de soletilla
A los bizcochos de soletilla también se los denomina bizcochos espuma debido a la consistencia tan etérea que tienen. Los bizcochos se dividen en dos tipos: bizcochos ligeros, que no llevan grasa, y bizcochos pesados, que llevan algún tipo de grasa (mantequilla o aceite). Al primer grupo pertenecen los bizcochos de soletilla o bizcochos espuma, junto con el bizcocho genovés, el bizcocho capuchina (que se cuece al vapor), el imperial y las planchas para brazos de gitano, entre otros.
Los bizcochos de soletilla o bizcochos espuma, al igual que el resto de bizcochos ligeros, no necesitan de ningún tipo de impulsor químico para su esponjado. El batido del huevo con el azúcar y el tamizado de la harina son suficiente para que la masa crezca durante su preparación y, posteriormente, su cocción en el horno.
Aunque se pueden comer tal cual, los bizcochos de soletilla tienen muchas aplicaciones y sirven como ingrediente base en otras recetas. La elasticidad de su masa permite que sirvan para forrar las bases y laterales de moldes que rellenar con después con cremas o frutas varias, como ocurre con el tiramisú o el clásico summer pudding británico (pudding de frutas de verano).
La receta de los bizcochos de soletilla
Para que la receta de los bizcochos de soletilla nos salga bien no necesitamos ser unos profesionales de la pastelería, aunque es importante seguir bien las indicaciones. Como hay que batir mucho, tanto las yemas como las claras, lo mejor es tener a mano unas varillas eléctricas o un robot tipo KA. De lo contrario ya podéis ir calentando músculo o haceros con un pinche que os releve en la tarea cuando no podáis más.
- 3 huevos M (a temperatura ambiente)
- 62 g de azúcar
- 50 g de harina de trigo
- 25 g de harina fina de maíz (maizena)
- Azúcar glacé
- Tamizamos la harina de trigo junto con la harina fina de maíz.
- Dividimos el azúcar en dos mitades.
- Separamos las yemas de las claras.
- Batimos las yemas con una de las mitades del azúcar hasta blanquear y doblar su volumen.
- Montamos las claras a punto de nieve y, cuando estén casi a punto, añadimos el resto del azúcar hasta que estén montada y no se caigan de la varilla.
- Mezclamos los dos batidos, con suavidad y movimientos envolventes de abajo hacia arriba para que la masa pierda aire.
- Por último, añadimos las harinas tamizadas y mezclamos con suavidad hasta obtener una masa homogénea.
- Pasamos la masa a una manga pastelera con una boquilla redonda lisa del número 12.
- Sobre una bandejaa de horno cubierta con silpat oo papel sulfurizado hacemos unas lenguas de unos 8 cm de largo.
- Espolvoreamos las soletillas con azúcar glacé, ayudándonos de un colador.
- Inmediatamente después introducimos en el horno, pre calentado a 210ºC, con calor arriba y abajo, y cocemos durante unos 5 minutos o haste que estén secas y ligeramente doradas.
Consejos para unos bizcochos de soletilla fetén
- El huevo esponja con mayor rapidez si el batido lo realizamos sobre un recipiente con agua caliente, manteniéndola al fuego a temperatura muy baja. La acción del vapor templa el huevo (ya sean las yemas o las claras) y este sube con facilidad. Tomad nota de ello si os toca hacerlo manualmente.
- Es importante no añadir el azúcar a la clara hasta que esta no esté casi montada. Si lo hacemos al principio del batido, la clara se licuará y costará mucho trabajo montarla. Además tomará mucho menos punto.
- Si tenemos prisa, podemos no montar las yemas y montar las claras con la totalidad del azúcar. Incorporar manualmente las yemas rotas a las claras y mezclar con movimientos envolventes. El resto del proceso es igual que el que se describe en la receta.
- El tamaño de la boquilla y el largo en que se escudilla la masa sobre el silpat o papel sulfurizado son las que corresponden a los bizcochos de soletilla. Otras formas, tamaños y/o acabados dan como resultado elaboraciones con otros nombres: melindros, vergaras, carteras, riñones, bizcotelas, etc.
- El tiempo de cocción depende del horno así que quizás sea mejor fiarse del aspecto que del tiempo indicado en la receta. No dejéis que se doren y retiradlos del horno en cuanto empiecen a cambiar de color.
Con qué acompañar los bizcochos de soletilla
Además de con un buen chocolate a la taza en que mojar los bizcochos de soletilla, estos se pueden acompañar de otras bebidas. Son perfectos para mojar en ellas, pues absorben gran cantidad de líquido (ojo que se rompen con facilidad si se empapan en exceso). Son un bocado perfecto para el desayuno y la merienda, infinitamente más saludables y ricos que los que podamos encontrar en el super.
Otras recetas de bizcochos
Este clásico y básico de la pastelería se prepara en 15 minutos y no requiere de técnicas ni utensilios complicados. Los bizcochos de soletilla son ideales para sorprender a la familia con un desayuno de fin de semana diferente.
Deja una respuesta